domingo, 23 de noviembre de 2008

Conferencias gratuitas.

EN PROYECTO:

Lo sentimos, aún estamos trabajando en la elaboración del calendario de las charlas gratuitas que tendrán lugar en "La Crisálida, Instituto de Macrobiótica" y en centros cívicos.
Si estás interesado podemos informarte personalmente. Escríbenos a:

info.lacrisalida@gmail.com

Un saludo.
/Mati.

Curso de Cocina Energética para Niños y Embarazadas.

EN PROYECTO:

Lo sentimos, aún estamos elaborando el contenido y calendario de este curso.
Cuando lo tengamos terminado lo anunciaremos en este espacio.
Si estás interesado y quieres que te informemos personalmente escríbenos a:

info.lacrisalida@gmail.com

Un saludo.
/Mati.

Actividades de "La Crisálida, Instituto Macrobiótico".



Sobre nosotras y nuestra formación

(Atención, PINCHA en cada actividad para ver su información detallada)
CURSOS Y TALLERES:


NOTA: para cualquier duda o consulta sobre los cursos contáctanos en:
info.lacrisalida@gmail.com / 954188197 / 651369713


CALENDARIO DE ACTIVIDADES - curso 2012-2013.


Abril 2013
  • Sábado 13 (9:30-16h) - Introducción a la cocina macrobiótica. La nutrición energética para una larga vida con salud.
  • Domingo 27 (9:30-16h)Cocina macrobiótica estacional. Clase7: Cocina de primavera: regular el peso de forma natural. (grupo1).
  • Domingo 28 (9:30-16h) Cocina macrobiótica estacional. Clase7: Cocina de primavera: regular el peso de forma natural. (grupo2).
  • Martes 30 (17- 20h)Taller: "Desayunos festivos: magdalenas, chocolate, creps, mermeladas, pan dulce, churros, tartas..."
  • 5, 12 y 19 de marzo + 2 y 3 de abril (18-21h)- Cocina para principiantes (5 clases).
  
Consultas personalizadas para mejorar problemas de salud, previa cita. 



Curso de Introducción a la cocina macrobiótica. La nutrición energética para una larga vida con salud. 1 clase en horario de 9:30 a 16h.

Nota: Este curso te permite adquirir los conocimientos mínimos para soltarte en la cocina y poder incorporarte al curso de cocina macrobiótica estacional cuando desees seguir avanzando en tu conocimiento, por eso lo repetimos a lo largo del curso para que en cualquier momento del año puedas seguir aprendiendo.

  • 22 de septiembre.
  • 20 de octubre.
  • 17 de noviembre.
  • 9 de diciembre.
  • 12 de enero.
  • 26 de enero.
  • 2 de febrero.
  • 16 de febrero.
  • 10 de marzo.
  • 16 de marzo.
  • 13 de abril.
  • 18 de mayo.
  •  8 de junio.
Curso de Cocina macrobiótica estacional. Nutrición y equilibrio energético en las distintas estaciones del año. 10 clases  en horario de 9:30 a 16h.

NOTA (las clases del grupo1 serán el sábado y las del grupo2 el domingo).
  • 29 y 30 de septiembre - Cocina de Verano tardío.
  • 27 y 28 de octubre - Verduras de tierra. El dulce natural.
  • 24 y 25 de noviembre - Cocina de Otoño.
  • 15 y 16 de diciembre - Las proteínas de calidad.
  • 19 y 20 de enero - Cocina de Invierno.
  • 9 y 10 de febrero - Las grasas.
  • 17 y 24 de marzo - Cocina de Primavera.
  • 27 y 28 de abril - Regular el peso de forma natural.
  • 25 y 26 de mayo - Cocina de Verano.
  • 15 y 16 de junio - La digestión.
Cursos de cocina macrobiótica para principiantes - 5 clases en horario de 18 a 21h:

  • Grupo 1: 6, 13, 20, 27 de noviembre + 4 de diciembre.
  • Grupo 2: 5, 12, 19 de marzo  + 2 y 5 de abril.
  • Grupo 3: 7, 14, 21, 28 de mayo + 4 de junio.
Talleres de cocina específicos (18-21h):
  • 21 de octubre - Alimentación y salud infantil.
  • 23 de octubre - Remedios caseros.
  • 18 de diciembre - Dulces de Navidad.
  • 22 de enero - Elaboración casera de amasake, seitán y bebidas vegetales.
  • 19 de febrero - Cocinar con algas.
  • 21 de marzo - Cocinar con algas. 





jueves, 6 de noviembre de 2008

Utensilios de cocina y toxicidad

Habitualmente no somos conscientes de la influencia que tienen los utensilios de cocina sobre los alimentos que cocinamos. Sin darnos cuenta, contaminamos nuestros alimentos en la propia cocina, con reconocidos tóxicos como metales pesados o productos sintéticos.


Este es un hecho aún más paradójico cuando se consumen productos ecológicos. Se compran estos alimentos porque nos certifican que no han intervenido productos tóxicos en ninguno de sus procesos de cultivo, crianza o elaboración y luego en casa van directos a una sartén de teflón, a una olla de aluminio o a una cazuela que posiblemente libera plomo.


La intoxicación con metales pesados sucede puesto que nuestro organismo no tiene sistema para eliminarlos. Su acumulación produce una intoxicación lenta, insidiosa e inevitable. Para hacernos más conscientes del alcance de esta cuestión, he aquí un listado de materiales que forman parte de nuestro menaje habitual.


Acero inoxidable. El acero inoxidable es una aleación de hierro con carbono, a la que se añaden metales pesados en diferentes proporciones para obtener distintas características. El conocido acero 18/10 de las baterías de cocina o cuberterías significa que en su composición contiene 18 partes de níquel y 10 de cromo. El acero inoxidable es bastante estable en contacto con los alimentos, pero libera pequeñas cantidades de éstos metales pesados a la comida, por lo que no deben utilizarlo personas con alergia a alguno de estos metales.


El más aconsejable es el acero quirúrgico ( T-304 ), ya que no es poroso, aunque siempre hay que tener cuidado con las ralladuras y deterioros de la superficie.


El acero japonés utilizado, por ejemplo, en cuchillos japoneses es una aleación de extraordinaria calidad, más ligero y de mayor dureza y que además no contiene cromo ni níquel.


Cobre. Los “cacharros de cobre” son ideales para decoración pero nunca para cocinar en ellos. Para este uso podemos encontrar utensilios de cobre recubiertos de acero inoxidable. El cobre es el mejor metal conductor del calor, seguido por el aluminio, y suelen formar parte de los fondos difusores de ollas y cazuelas, pero no deben estar en contacto con el alimento.


En el caso de utilizar utensilios de hierro, aluminio o cobre al menos hay que tener en cuenta que no entren en contacto con sustancias ácidas ( vinagre, limón, frutas, tomates...), ya que la reacción química que se produce aumenta considerablemente los niveles de intoxicación por estos metales.


Teflón. Es un material sintético llamado PFTE (polifluorotetraetileno), inventado por la multinacional DuPont en el año 1938. Aunque la mayoría de nosotros loo conocemos como antiadherente de los utensilios de cocina, tiene múltiples aplicaciones: revestimiento de cables de aviones, formando parte en componentes de naves espaciales y de prótesis médicas, en componentes de motores trajes espaciales, lentillas, mangueras , pinturas, barnices, alfombras, membranas que impermeabilizan ropas, calzados, etc.


El peligro del teflón es debido al APFO ( ácido perfluoro octánico, también conocido como C-8) sustancia prácticamente indestructible y acumulativa. Se sabe que en el año 1961 DuPont ya conocía que el APFO se acumula en el cuerpo, no se descompone en el medio ambiente y causa dolencias en animales (cáncer endocrino y sanguíneo, esterilidad, hipotiroidismo, problemas en el hígado, malformaciones en fetos). A pesar de eso, continuó con los vertidos en aguas y atmósfera, por lo que se ha encontrado APFO en ríos, mares, plantas y animales (incluso osos polares, ballenas...), en alimentos y en la sangre del 95% de los estadounidenses y en personas de todo el mundo.


El APFO o C-8 es un material necesario para la adhesión de cualquier antiadherente a su base. La razón por la cual el uso de estas sustancia es peligrosa en el teflón es por que la superficie del teflón se deteriora rápidamente, no es estable y las partículas del teflón no tienen la dureza necesaria para evitar que el C.8 se volatilice. Si bien sus cualidades antiadherentes son buenas, no lo es su durabilidad. Por esa razón, han aparecido alternativas al teflón: antiadherentes más resistentes o que se aplican a temperaturas muy elevadas, con lo cual mantienen su superficie totalmente sellada.


Se habla de la emanación de productos químicos tóxicos, al calentarse el teflón por encima de los 160º, que pueden matar a un pájaro que se encuentre cerca. El APFO se encuentra también en bolsas de patatas fritas, palomitas, hamburguesas, etc. Un ex químico de DuPont ha asegurado que los alimentos contenidos en estos envases pueden absorber sustancias tóxicas. No se dispone de estudios en humanos con evidencias, aunque sí en ratas . DuPont sólo ha admitido la relación con tasas elevadas de colesterol y triglicéridos. No obstante, la agencia de Protección Ambiental de EE.UU. ha acusado a DuPont de ocultar información, por lo que ha pagado cuantiosas multas y compensaciones y las compañías que lo fabrican están obligadas a reducir el 95% de las emisiones de APFO en el año 2010 y a erradicar los rastros de APFO de todos los utensilios de cocina y de artículos que lo contienen y estén relacionados con alimentos.


Si se decide a utilizar utensilios revestidos de teflón, hay que tener cuidado de no someterlos a temperaturas elevadas (por ejemplo fritos, ya que la temperatura en el momento de agregar los alimentos es superior a 225º C. salteados y horneados) y desecharlos en cuanto la superficie sufra algún deterioro (ralladuras, roces, erosiones...)


Plásticos. Los plásticos que encontramos en tantísimas aplicaciones de la vida diaria son todos altamente contaminantes en su producción, sólo una mínima parte son biodegradables y pocos son reciclables. Contienen sustancias que actúan en nuestro organismo como disruptores hormonales, es decir, que interfieren en las funciones de nuestro sistema hormonal y causan demostradas alteraciones (a las que son más sensibles los fetos y los niños), sobretodo los ftalatos, el estireno y el bisfenol A. Los encontramos en el recubrimiento interno de latas, botellas, biberones, envases..,. En contacto con los alimentos, una parte pasa a ellos, ya que ningún plástico es totalmente inerte. En la cocina deberíamos anularlos, o al menos no deberíamos calentar en ellos ni tampoco poner comida caliente, grasas, líquidos o ácidos. Además, hay que tener en cuenta que el más inestable de todos es el film de cocina. El polipropileno es el único plástico recomendado por la OMS para estar en contacto con alimentos, por su estabilidad tanto en contacto con ácidos como alcalinos y por su resistencia al calor.


Ante esta situación , cabe plantearse si a pesar que las legislación establecen límites de seguridad, en realidad algún límite es seguro, puesto que las materias tóxicas se acumulan en nuestro organismo sin posibilidad de eliminación.


Es necesario conocer las alternativas de que disponemos para poder elegir a la hora de comprar, y hacerlo en función de nuestra salud y no por modas de consumo.


Consideramos como utensilios seguros aquellos que no desprenden ninguno de sus componentes al alimento y que no reaccionan con el alimento. Hasta donde hoy conocemos son seguros:


Vidrio. Está fabricado básicamente con sílice , cal y sosa. A algunos tipos de vidrio se les añaden metales pesados para cambiar sus características, por ejemplo las cristalerías de vidrio fino contienen plomo , amenos que el fabricante indique lo contrario. Por lo general el vidrio es una buena alternativa para sustituir los recipientes de plástico e incluso para cocinar. Es ideal el cristal con cuarzo para contener bebidas, ya que transmite a los líquidos que contiene sus cualidades armonizadoras y energéticas.


Esmaltado de porcelana. Los esmaltados de porcelana que no estén rallados ni desconchados no desprenden ningún componente tóxico.

Los utensilios de barro no deben estar barnizados y en caso de tener esmalte deben certificarnos que no contienen plomo.


Silicona. Es un polímero sintético de los silicatos y se obtiene a partir de sílice de arena. Ahora está ampliamente difundido su uso en moldes, espátulas, y otros utensilios que además de ser antiadherentes son flexibles. La silicona es estable e inerte, no reacciona al estar en contacto con los alimentos y resiste temperaturas desde la congelación al horneado. Hay diversos calidades de silicona y deferencias en su flexibilidad, duración y precio. La calidad superior es la denominada “silicona de platino” por su estabilidad, y calidad del sílice utilizado.


Titanio. Es un metal inerte y atóxico, de gran dureza y resistencia ya que no produce alergias, por lo que también se utiliza en cirugía y par prótesis e implantes. En los utensilios de cocina proporciona un antiadherente muy resistente y estable, de gran dureza durabilidad, así como ausencia de toxicidad.


Madera. Es el material tradicional para tablas de corte, cucharas, espátulas... Con la aparición de los plásticos se creyó que superaban a la madera en higiene, pero se ha comprobado que en las tablas de madera no hay crecimiento bacteriano y sí lo hay en las de plástico. No tienen por qué impregnarse de olores ni sabores si las tratamos con aceite de vez en cuando. También se recomienda su limpieza con EM, microorganismos efectivos.

De nuevo se trata simplemente de estar informados para poder elegir .


(Fuentes: la revista "La eco". nº 54, Autora: Marta Villén Vega, Enfermera Nutricionista)

jueves, 16 de octubre de 2008

Caldo de verduras dulces

Ingredientes: zanahorias en rodajas gruesas, calabaza en rodajas, cebolla en medias lunas gruesas y col en tiras (todo en partes iguales), y dos veces su volumen de agua (sin sal).

  • Se cuecen las verduras en el agua, a fuego mínimo, durante 30 min.
  • Se cuela el caldo, y ayudados de un colador estrujamos las verduras para que suelten todo su jugo, quedando un caldo de color anaranjado y de sabor dulce.
  • Tomar caliente.
NOTA: Esta bebida tonifica el bazo y ayuda a crear un estado de relajación para paliar el deseo de alimentos dulces, de ansiedad y de tensión. Puede tomarse dos o tres tazas diarias.

domingo, 5 de octubre de 2008

Medicina Cuerpo-Mente, Medicina Energética.

El interés por el papel de la mente en la curación está volviéndose mayor hoy en día, en gran medida como resultado del enfoque predominántemente materialista de la medicina alopática moderna. Las historias de curaciones por la fe (como las que se registran en Lourdes), la investigación en el efecto placebo y los relatos personales que describen los beneficios de la reducción del estrés, el humor y la visualización positiva para la recuperación de la enfermedad, han desafiado la noción del cuerpo-mente separados.

Esta noción tuvo su origen en las artes curativas durante el siglo diecinueve, cuando los doctores alopáticos buscaron establecer la credibilidad científica adoptando el modelo de realidad propuesto por los físicos clásicos. Según dicha visión, basada en la separación arbitraria de mente y materia llevada a cabo por Descartes, el universo es una máquina bien engrasada que funciona según las leyes mecánicas precisas. Apenas se dejaba lugar para la mente o conciencia humana en este grandioso esquema mecánico. La conciencia fue, por tanto, situada "fuera" de la naturaleza, como si existiese como parte de un reino separado.

Conforme la medicina alopática adoptaba este punto de vista "científico", la curación se convirtió menos en un arte humanista y más en un ciencia impersonal. Se volvió menos espiritual y más materialista, menos comprensiva y más especializada, menos natural y más artificial, y menos dependiente de las propias capacidades autocurativas del cuerpo y más dependiente de la intervención externa. Junto con la nueva idea de "cuerpo-máquina" vino la noción de que la enfermedad surgía de causas puramente físicas. Dado que la mente es invisible e intangible, su influencia sobre el cuerpo (y sobre el proceso de curación) se desestimó absolutamente. Más aún, de acuerdo con este esquema estrictamente materialista, la mente o conciencia se consideró como algo que surgía del operar físico del cerebro. El espíritu humano fue así confinado por el cerrado sistema materialista de los físicos del siglo diecinueve.

Conforme esta visión arraigó, la ciencia médica inició una búsqueda intensiva de los agentes físicos de la enfermedad. El papel de la mente para determinar el estilo de vida y comportamiento de cada persona ( y por tanto su estado de salud) fue considerado menos importante que el papel de agentes físicos como las bacterias o los virus. Estos organismos microscópicos fueron considerados incluso más importantes que la condición de la persona en su conjunto, a la que Claude Bernard, un prominente disidente de este punto de vista en el siglo diecinueve, se refería como el "terreno" biológico de un individuo. La gente fue apartada de su poder innato de curación. La curación dejó de verse como el estado natural de la humanidad, para ser considerada más bien como algo dependiente de que un individuo tuviese acceso a la ciencia y la tecnología médicas, poniendo así en marcha un ciclo de codependencia.

Sin embargo, durante la primera parte del siglo veinte, el modelo teórico sobre el que se basaba esta visión se empezó a colapsar. Nuevos descubrimientos en el dominio de la física pavimentaron el camino para paradigmas de la realidad más comprensivos y dinámicos. Uno de ellos fue el descubrimiento de que en el mundo de los electrones, protones y otras partículas subatómicas, la conciencia del observador no sólo influencia sino que puede también crear el fenómeno que está siendo observado (mecánica cuántica).

El descubrimiento de que pensamientos y emociones juegan un papel importante en la salud y la curación, un hecho conocido por los sanadores tradicionales durante siglos, ha revelado los límites del modelo de salud y enfermedad basado en la separación de cuerpo y mente. Se ha visto que la relajación mental, una visión positiva de la vida, una fuerte voluntad de vivir y buenas relaciones humanas, influencian todas ellas el proceso de curación. Se ha visto por otro lado, que emociones negativas como la ansiedad, la depresión y el temor inhiben el sistema inmunitario y nuestra capacidad de autocuración. Se ha encontrado que emociones positivas como el amor, la esperanza y la confianza estimulan la función inmunitaria.

Los investigadores que buscaban descubrir cómo influencia la mente a la salud física han tendido a concentrarse en los senderos bioquímicos a través de los cuales influencia el cerebro las diversas funciones corporales. Las expectativas positivas despertadas por un placebo, por ejemplo, se considera que estimulan la corteza cerebral, la que a su vez activa el sistema endocrino, incluyendo las glándulas adrenales. La acción de las hormonas adrenales afecta a su vez a los órganos y funciones del cuerpo. Las expectativas positivas pueden también activar el sistema nervioso autónomo, y activar o inhibir así diversas funciones corporales. Pueden asimismo estimular al cerebro para que secrete sustancias químicas conocidas como endorfinas, que tienen el efecto de reducir la percepción del dolor.

Pensamientos, estados de ánimo y emociones afectan también la secreción cerebral de sustancias químicas que transmiten mensajes entre las células. Estos mensajeros químicos son transportados por neurohormonas que viajan a través de la red de células nerviosas de todo el cuerpo. Estas sustancias químicas son atraídas hacia receptores especializados de la superficie de las células corporales y estimulan o inhiben la actividad de la célula.

Los sistemas nervioso e inmunitario están también estrechamente relacionados. Órganos como el bazo, la médula ósea, los ganglios linfáticos y la glándula timo, donde se desarrollan y maduran las células del sistema linfático, están ricamente dotados de terminaciones nerviosas. Más aún, las células inmunitarias contienen numerosos receptores para los neurotransmisores, neurohormonas y neuropéptidos secretados por el cerebro y el sistema nervioso. Así, estimulando la liberación de estos productos químicos, los pensamientos y emociones pueden potencialmente activar o inhibir la respuesta inmune.

El sistema nervioso no es el único canal a través del cual pensamientos y emociones afectan al cuerpo. Pensamientos y emociones existen en forma de ondas de energía que viajan a través de una red invisible que se extiende por todo el cuerpo y que conecta todas las células. Hasta hace poco la medicina moderna no fue consciente de este sistema energético invisible. Este concepto no se había encontrado hasta que los investigadores comenzaron a estudiar los sistemas curativos tradicionales de Oriente, donde el sistema energético invisible del cuerpo fue conocido y utilizado durante miles de años. Este sistema, compuesto de meridianos, ramas de meridianos y chakras, puede contener la clave para comprender la interacción entre mente y cuerpo. Después de todo, la conciencia humana es un fenómeno invisible y energético. Tratar de entenderla en términos de los efectos bioquímicos que produce es como tratar de entender cuál es el aspecto de una persona examinando sus huellas sobre la arena. A fin de crear un paradigma verdaderamente holístico, necesitamos abarcar y comprender el concepto tradicional de energía. El sistema energético del cuerpo representa la nueva frontera de la salud y la curación. Contiene la clave para unificar mente y cuerpo, espíritu y materia, y conciencia y salud.

(Extraído del libro "Salud Holística con la Macrobiótica" de Michio Kushi y Edward Esko, editorial EDAF).

sábado, 4 de octubre de 2008

Consulta de macrobiótica

Si quieres tener una consulta personalizada ponte en contacto conmigo a través de:

Teléfono móvil: 651369713
Correo: info.lacrisalida@gmail.com

Un saludo.

/Mati - Directora de La Crisálida, Instituto Macrobiótico.

Mati Navas, consultora de macrobiótica

Hola a todos,

mi nombre es Matilde Navas Fernández y soy la consultora de macrobiótica que se encuentra a vuestra disposición en La Crisálida.

Me gustaría presentarme y aprovecho este pequeño espacio para hacerlo. La forma en que llegué a este camino creo que explica bastante bien los motivos que me mueven para desarrollar este trabajo, que es un trabajo que realizo con dedicación y amor. Por eso voy a contárosla brévemente:

Hace algún tiempo afloraron de lleno, en mi, todos los sentimientos que pueden surgir tras el diagnóstico de una enfermedad seria en una hija mía: dolor, desasosiego, rabia, incomprensión... pero también sentí la esperanza de encontrar un camino menos racional y menos científico según nuestra ciencia que quizás pudiera ayudarla a mejorar. En esa desesperada búsqueda encontré la Macrobiótica.


Descubrí que algunas cosas que pueden afectar nuestra salud son difíciles de cambiar, como es un aire contaminado o una predisposición genética pero hay otro factor sobre el que ejercemos un total control: Lo que comemos.

Experimenté junto con mi hija que es posible ayudar a nuestro cuerpo a sacar su máximo potencial de recuperación y encontrar de nuevo su equilibrio, ayudado por una adecuada alimentación que armonice las energías de nuestros órganos y considere su funcionamiento como un todo.

Si observamos el origen de las grandes transformaciones de esta era moderna con los alimentos refinados y procesados industrialmente, los aditivos químicos, los pesticidas , los microondas... nos daremos cuenta del abismo que hemos cavado respecto a las características de una alimentación natural, que ha nutrido al hombre por miles de años. La Macrobiótica respeta el orden natural y conecta al cuerpo con su verdadera esencia, que es la salud.

He trabajado casi treinta años como profesora en la enseñanza pública y sentí que tenía que seguir enseñando lo que había experimentado y aprendido con el gran cambio en la salud y bienestar de mi hija, pues para mi es un tesoro que ha cambiado mi vida.

He realizado mi formación macrobiótica en el Instituto Macrobiótico de Portugal(Lisboa), donde he formado parte además del equipo de trabajo por un año, y en Escuela de Vida(Madrid), junto a profesores de reconocido prestigio.


Continúo en este camino de búsqueda para ayudar a mostrar una vía de esperanza.


Un saludo a todos.

Mati Navas.


domingo, 21 de septiembre de 2008

Trufas de arroz y sésamo tostado.

Ingredientes: arroz cocido, sésamo tostado.

  • Hacer pequeñas bolas con el arroz cocido, apretándolas bien para que no se deshagan.
  • "Rebozar" las bolitas en sésamo tostado.
NOTA: usar como aperitivo, o para tomar entre horas.

Te bancha

Ingredientes: un pellizco pequeño de té bancha por persona.

  • Hervir las hojitas de té en un vaso de agua hasta que tome un color dorado. Cuanto más tiempo se hierve adquiere un sabor más intenso.
  • Servir caliente, o servir frío con una rodajita de limón y una hoja de menta.
NOTA: este té tiene un escaso contenido en teína, por lo que es adecuado incluso para niños y ancianos (para ellos debe ser de sabor suave).

domingo, 31 de agosto de 2008

¿Qué es necesario para el éxito de un tratamiento macrobiótico?

Si tienes problemas de salud y quieres recuperarla con la ayuda de un tratamiento específico de macrobiótica debes considerar, antes de comenzar, algunas cosas.

Lo primero es buscar la ayuda adecuada. Ponte en manos de un consultor bien cualificado, con experiencia y que sea una persona honesta en cuanto a sus propios límites a la hora de ayudarte. La mayoría de las personas que recurren a esta opción tienen problemas de salud graves, y en algún modo han sido "abandonados" por la medicina tradicional, que no les ofrece una solución definitiva para sus casos. Es importante que la persona te de confianza y motivación para el camino que quieres comenzar.

Queremos recalcar que un tratamiento con macrobiótica trabaja sólo y exclusivamente con la comida. Alimentos naturales: cereales integrales, verduras, frutas, legumbres, algas, proteínas vegetales y un poco de producto animal, así como preparaciones naturales y tradicionales. No se apoya en suplementos, ni vitaminas sintéticas, ni preparaciones de laboratorio, sólo utiliza la comida natural y aplica el conocimiento energético de la misma para conseguir los resultados deseados. Esta sabiduría tiene su base en la medicina tradicional china, y ha sido empleada por miles de años en Oriente.

Has de saber que estos tratamientos van enfocados a producir una mejoría global del cuerpo, no están enfocados a la desaparición rápida de los síntomas, y por eso tenemos que tener paciencia pues a veces los resultados tardan un tiempo en hacerse visibles.
En general los tratamientos con macrobiótica tienen 3 etapas:

1. Primera etapa curativa: en esta etapa la alimentación de la persona se enfoca a la limpieza profunda del cuerpo. Es necesario eliminar las toxinas del cuerpo, acumuladas principalmente en las grasas y que dificultan que se produzcan cambios de base, en la raíz del problema. Esta es la etapa más difícil para la persona pues la dieta es más restringida, más simple. Además requiere de un tiempo de adaptación a los nuevos hábitos alimenticios.

2. Segunda etapa de transición: En este punto la persona ya ha empezado a sentir una mejoría grande y la dieta se hace más amplia, más abierta.

3. Tercera etapa de mantenimiento: Cuando llegamos aquí la persona se siente recuperada, y puede seguir las recomendaciones de la abierta y deliciosa macrobiótica estándar. Es importante comer de manera saludable para no volver a caer en la enfermedad.

Para conseguir el éxito de un tratamiento macrobiótico son necesarias algunos requisitos:
  • El compromiso de la persona con su recuperación: estamos acostumbrados a que la responsabilidad sobre nuestra curación sea de otra persona, el médico. Es importantísimo que la persona se haga consciente de que gran parte de su salud y de su mejoría está en sus manos. Cuando una persona decide mejorar y se hace responsable encuentra con mayor facilidad la fuerza de voluntad para cambiar los hábitos alimenticios y seguir el tratamiento de manera rigurosa. En la medida en que sigamos bien el tratamiento vamos a ver antes los resultados y esto nos va a dar fuerza e ilusión para continuar y llegar hasta el final: ¡una salud recuperada, fuerte y vibrante!
  • El apoyo de la familia: es fundamental el apoyo de las personas que nos rodean. Cambiar hábitos, aprender a valorar los nuevos ingredientes, a degustar los nuevos platos es mucho más fácil si otros nos acompañan. Hasta que la persona aprende las nuevas bases de su alimentación y su gusto cambia es muy importante evitar las situaciones en que pueden aparecer apetencias por aquellos alimentos que estén fuera del tratamiento. Las tentaciones pueden ser grandes pero tenemos opciones para limitarlas: evitar los restaurantes y los lugares en los que tengas que mirar cómo otros comen si crees que te dará mucha envidia, no tener en la despensa aquellas comidas que en un momento dado puedan hacerte caer e intenta realizar todos los días actividades que te gusten, que te hagan feliz. Puedes tomar esta etapa de tu vida como una aventura para aprender cosas nuevas, y aunque nunca debes olvidar que el tratamiento es para la persona con problemas de salud (no podemos obligar a los otros a seguirlo como si ellos estuvieran enfermos), has de saber que la comida macrobiótica es rica para toda la familia.
  • Aprender cocina macrobiótica: es una necesidad de todos disfrutar con la comida. Necesitamos comidas que nos den placer, que nos gusten y que nos dejen satisfechos. Los tratamientos con macrobiótica se basan en comidas equilibradas, que nos proveen de todos los nutrientes, de todos los sabores y de todas las texturas. Los platos son coloristas y se comen con los ojos y es una comida exquisita para todos cuando se sabe preparar. Por eso es fundamental que la persona que hace un tratamiento se implique en este aprendizaje. Hay muchos libros que pueden ayudar, pero sin duda alguna lo que más ayuda es asistir a clases de cocina con cocineros cualificados. Además de una amplia variedad de recetas es importante aprender los fundamentos de la cocina energética para poder aplicarlos en la elaboración de nuestros menús. Y las clases facilitarán además el contacto con otras personas que están viviendo procesos similares, y que van a proveer de mucha fuerza y motivación.
  • La motivación: ¿Cuáles son nuestros motivos para querer recuperar la salud? ¿cómo será nuestra vida cuando de nuevo disfrutemos de una salud poderosa? ¿qué momentos están por disfrutar, por llegar? ¿qué proyectos tenemos aún que realizar? ¿cuáles son nuestros sueños de futuro? Pensar en nuestras motivaciones para vivir con plenitud, aquellas que nos dan voluntad para hacer esfuerzos y afrontar los retos que nos trae la vida es fundamental en nuestro camino de sanación. Si somos positivos, si nos ilusionamos incluso en los momentos difíciles, si nos enfocamos en lo bueno que tenemos es más fácil encontrar la fuerza que nos mantenga en el camino adecuado, aunque este tenga dificultades y sea largo. Es importante pensar en lo que sumamos cada día en vez de lo que restamos (sumamos en conocimiento, sumamos en mejoría, sumamos en situaciones que antes no podíamos afrontar y ahora podemos, sumamos en alimentos nuevos que incorporamos...). Si nos enfocamos en restar es posible que la enfermedad nos vaya restando cada vez más posibilidades de disfrutar y lo que ahora podemos hacer en un tiempo ella se encargue de restarlo. Si nos enfocamos en sumar, cada vez vamos sumando más y cuando pasa un tiempo hemos sumado tanto que nuestra vida no sólo vuelve a ser la que era sino aún más rica. Así que partimos de unos alimentos que no vamos a comer por un tiempo (porque están fuera del tratamiento) y vamos sumando más y más en nuestra vida...
  • Establecer prioridades: Un tratamiento de macrobiótica exige que nos planteemos cuáles son las prioridades de nuestro día. Es fundamental el tiempo que hay que dedicar a elaborar las comidas (que cuando se está aprendiendo es mayor), y también es importante que seamos disciplinados en nuestros horarios de comida, descanso y ocio. Cuando el cuerpo encuentra orden le resulta más fácil empezar a ordenar las cosas desde dentro. Respetar las horas de sueño facilita los procesos de regeneración y el descanso del aparato digestivo predispone al cuerpo a tener un sueño reparador. El contacto con la naturaleza nos conecta con nuestra esencia y nos da energía y optimismo. Da prioridad en tu vida a las cosas que te ayudan, pues ahora lo más importante eres tu y la recuperación de tu salud. Piensa que tu bien no es sólo tuyo, es el bien de todos los que te quieren y te rodean, y cuando tengas de nuevo salud todos los esfuerzos que hayas hecho habrán valido la pena, por ti y por un montón de gente.
Queremos recordar aquí que los tratamientos con macrobiótica son compatibles con tratamientos de medicina tradicional. Si tienes un problema de salud es importante que te supervise tu médico especialista. La macrobiótica refuerza la capacidad natural de nuestro cuerpo de salir adelante, potenciando sus propios recursos de recuperación.

Mucho ánimo y besos.
/Raquel.


(Más información:

sábado, 30 de agosto de 2008

Consultas

La Crisálida, Instituto Macrobiótico



Bienvenidos,


Queremos presentar "La Crisálida, Instituto Macrobiótico" que es un lugar donde vamos a compartir con vosotros lo aprendido sobre alimentación energética y natural.

A través de las actividades que desarrollamos queremos dar a conocer la macrobiótica, con cursos, conferencias y consultas personalizadas para aquellas personas que necesiten una orientación específica para mejorar su salud. Queremos que vuestro aprendizaje sea práctico, para que podáis empezar en casa desde el primer día.

Este es un proyecto largamente soñado. Es también una deuda, pues queremos devolver un poco de lo que la macrobiótica ha hecho por nosotras. Y lo emprendemos con toda la ilusión del mundo.

Pincha en los siguientes enlaces para una información detallada sobre nuestros cursos o nuestro servicio de consultas personalizadas:



"La Crisálida, Instituto macrobiótico"
Av. Oceanía nº70, piso 2ºA.
Ciudad Expo. Circuito2 JUNTO AL METRO
Mairena del Aljarafe, Sevilla.

http://aprendiendo-macrobiotica.blogspot.com
info.lacrisalida@gmail.com
Tf. 954188197 / 651369713




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Un saludo cariñoso:
Mati y Raquel.

Lo que la macrobiótica puede hacer por ti

Muchas personas se preguntan en qué medida puede ayudar la macrobiótica en sus vidas. Algunos lo hacen desde su óptica particular, pues sufren problemas de salud, otros sólo desearían mejorar su aspecto físico o simplemente querrían aumentar su vitalidad y mejorar su calidad de vida.

Desde luego que hay muchos factores que determinan el bienestar físico y emocional de una persona y entre los más importantes se encuentran la alimentación, la calidad del aire que respiramos y del agua que bebemos, la calidad de nuestras relaciones personales, el nivel de estrés y por supuesto nuestras emociones. Pero hay una cosa clara, aunque algunos de ellos no podemos manejarlos pues nos vienen de alguna manera impuestos, la alimentación es un pilar básico de nuestra salud que está por entero bajo nuestra responsabilidad.

Con lo que comemos se fabrica nuestra sangre, que es la encargada de nutrir a todas las células de nuestro cuerpo. Las células constituyen todo nuestro ser, nuestros órganos, nuestros tejidos, nuestros huesos, nuestro sistema nervioso y todo lo que somos. Así que la calidad de nuestra sangre determina nuestro físico de arriba a abajo. Y la buena noticia es que tanto la sangre como todas y cada una de las células de nuestro cuerpo tienen la capacidad de regenerarse periódicamente. Pongamos unos ejemplos: en sólo 10 días se renueva nuestra linfa, en 4 meses se renueva toda nuestra sangre y en 7 años se renuevan todas las células de nuestro cuerpo disfrutando así de ¡¡ un cuerpo totalmente nuevo !!

Cuando una persona cambia su estilo de alimentación a la macrobiótica las consecuencias se dejan notar de manera bastante rápida. Muchas personas experimentan una mejoría notable en sólo 10 días, y en el caso de enfermedades serias, muchas de ellas dan un giro total en 4-8 meses (que es el equivalente de 1-2 renovaciones de la sangre). En todos los casos, absolutamente todos, la persona experimenta una mejoría en su calidad de vida: aumenta la vitalidad, se equilibran las emociones, aumenta la visión positiva de las cosas, se equilibra el peso y mejora el aspecto físico. Y en el plano más sutil, las personas se vuelven más confiadas, más tranquilas y relajadas, más seguras de sí mismas, ven que aumenta su autocontrol y su fuerza de voluntad y se afinan los sentidos física y metafóricamente hablando, esto es, vemos con más claridad las cosas importantes de la vida y empezamos a desarrollar nuestro potencial para vivir el presente y ser más felices. ¿No merece la pena intentarlo con un premio tan estupendo? y es que es mucho lo que podemos obtener "sólo" cambiando algunos de nuestros hábitos...

En el caso de personas que quieren recuperar su salud tenemos que decir que todas las personas son diferentes, y como tales, tienen capacidades de reacción distintas. No podemos asegurar desde aquí que las personas con problemas de salud vayan a encontrar su solución definitiva en esta opción, ni tampoco podemos garantizar un periodo de tiempo para que la curación sea posible (en algunos casos puede ocurrir en unos pocos días y en otros puede llevar años). Cuando cuidamos muy bien lo que comemos y seguimos un tratamiento curativo con la alimentación lo que hacemos es poner nuestro cuerpo en las mejores condiciones para que saque sus propios recursos de recuperación y de sanación. Lo que sí podemos asegurar es que la persona que decida iniciar este tipo de tratamiento siempre va a tener un resultado positivo, siempre va a mejorar en algún modo. Queremos recalcar también que los tratamientos enfocados a recuperar la salud con la macrobiótica no sustituyen en algún modo a los tratamientos médicos. Son un apoyo a estos, por eso recomendamos que sea supervisado también por su médico especialista.

Personalmente, cambié a un estilo de alimentación macrobiótica porque estaba buscando algo que me ayudase a mejorar un problema de salud bastante serio y que no tenía una buena perspectiva de futuro bajo el enfoque de la medicina tradicional. En mi camino, que ha tenido bastantes obstáculos y muchísimas más recompensas, he conocido gente que se ha recuperado de enfermedades complicadas, así como gente con buena salud que ha visto mejorar su vida considerablemente. Lo que pretendo transmitir es que al adoptar un estilo de alimentación natural siempre vamos a ganar. Lo que comemos tiene una influencia inmediata y directa con nuestra salud y con nuestras emociones.

Desde la antigüedad lo decía Hipócrates: "Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento".

Un saludo.
/Raquel.


(Más información:



martes, 26 de agosto de 2008

Bebidas

Nuestro cuerpo se compone en gran parte por agua, y por eso es importante que el agua que consumimos sea de buena calidad. En la cocina macrobiótica se da mucha relevancia a este hecho y se consumen habitualmente alimentos cocinados con abundante agua, así como sopas, cafés de cereales, tés y otras preparaciones que nos hidratan.

A continuación nombramos algunas de las bebidas más utilizadas en la práctica macrobiótica, particularmente aquellos que son menos conocidos por el público general:

Tés de tres años (Kukicha y Bancha): es la bebida más utilizada por los macrobióticos de todo el mundo. El té Bancha se elaborado con las hojas del té verde que recogidas después de permanecer, tres años en la propia planta. El té Bancha es muy aromático. El té Kukicha se elabora con las ramitas de ese mismo te verde, pero tiene prácticamente 0% de teína. Las ramitas o las hojas se tuestan y así obtenemos un té Kukicha sin apenas teína (del 0´5 al 1´5 %), muy suave y con muchas propiedades. Ambos tes son conocidos como de tres años ya que, como hemos dicho, tanto ramitas como hojas deben de llevar, mínimo, tres años en la planta.

Sus propiedades son comunes pero el té Kukicha no tiene prácticamente teína y pueden tomarlo incluso los niños y ancianos mientras que el té Bancha, al estar hecho de las hojas, es más aromático y tiene un puntito de teína con lo que es más indicado para tomarlo por la mañana.

Al estar tres años en la planta son más ricos en minerales por lo que tienen un efecto remineralizante (especialmente aportan Calcio) y alcalinizante. Por eso nos fortalecen y nos refrescan cuando estamos cansados. En caso de insomnio el te kukicha tiene un efecto sedante, y ambos pueden aliviar las naúseas y las gastritis. Son una excelente bebida diaria para personas con infección renal, de vejiga, neurastenia, dolencias cardiovasculares, indigestión y fatiga general.

Té verde: Muy de moda últimamente, se elabora con las hojas de la misma planta que los anteriores, pero esta vez se utilizan las hojas más jóvenes recién salidas en primavera. Contiene un poco de teína por lo que no debe, en regla general, ser utilizado todos los días y en ningún caso por los niños.

Ayuda a disolver las grasas acumuladas y es bastante eficaz para bajar los niveles de colesterol.

Te : Este té es una combinación de 16 hierbas y plantas (petunia, ginseng, canela y jengibre entre otras), tiene un sabor peculiar (que personalmente adoro), más en general no se aconseja su consumo diario.

Algunas de sus propiedades medicinales son: alivio del cansancio, ayuda a perder peso, mejora el funcionamiento del estómago, es eficaz en algunos tipos de tos y es una bebida específica para prácticamente cualquier tipo de problema de los órganos reproductores femeninos.

Café de cereales: elaborado a partir de cereales tostados (cebada, centeno, trigo..) y en algunos casos de legumbres, tienen un sabor característico y un color y textura similar al del café. Los cafés de cereales son tonificantes y revitalizantes y tienen también un efecto benéfico en caso de estreñimiento, dolores de cabeza crónicos y digestiones difíciles. Son excelentes para cualquier persona que necesite hacer grandes esfuerzos intelectuales.

Los mejores son los que no contienen higos secos en su preparación. Mi favorito, por su sabor y aroma es el café yannoh (no es una marca sino un tipo de café de cereales que comercializan diversas marcas de productos naturales).

Tés de cereales tostados: se pueden obtener tés de cereales, simplemente tostando los cereales integrales e hirviéndolos después en agua. Los más utilizados y sabrosos son el té de cebada, de arroz o de trigo. Cualquiera de ellos tiene un efecto refrescante, y más específicamente el té de cebada ayuda a eliminar el exceso de grasa, el de arroz es bueno para aliviar problemas intestinales y dolores de cabeza y el de trigo para tonificar el hígado y para refrescarnos ante el calor excesivo del verano.

Otros tés: la mayoría de los tés (infusiones) tradicionales españoles son también excelentes bebidas para el uso diario e incluyen el té de diente de león, de artemisa, de camomila, de tila y muchos otros.

En el día a día es preferible utilizar tés poco aromáticos y dar énfasis a los que tienen un sabor más neutro.

Sopa de miso: no es específicamente una bebida, en realidad es una sopa ligera de verduras y algas sazonada con miso. El miso es un alimento que por su extraordinario valor se decía en Oriente que era un regalo de los dioses. En la cocina macrobiótica se toma a menudo y sus propiedades son maravillosas, entre otras, al ser el miso un alimento fermentado aumentan la cantidad de enzimas de nuestro cuerpo que ayudan a hacer la digestión y a la asimilación de los nutrientes en el intestino delgado; nos alcaliniza y nos refuerza, como lleva algas también nos remineraliza. Su delicioso sabor la hace apetecible a cualquier hora del día, ¡incluso en el desayuno!

lunes, 25 de agosto de 2008

Frutas

Las frutas son verdaderas golosinas que la naturaleza pone a nuestra disposición para el disfrute. Su sabor dulce se debe a su alto contenido en azúcares (fructosa), que junto con su gran cantidad de agua, nos refresca, nos aligera y nos relaja.

Las frutas de cada estación y de cada localidad son las adecuadas para armonizar nuestras energías con el entorno, por eso el consumo en clima templado de cuatro estaciones de frutas tropicales o de lugares muy lejanos nos desequilibra, licúa nuestra sangre y nos debilita en exceso. Recomendamos el uso de frutas tropicales a momentos muy puntuales del año, como decoración y en muy pequeña cantidad.

Como decíamos antes las frutas son golosinas, y como tal deben constituir una parte pequeña de nuestra dieta. Su energía expansiva y enfriante es más adecuada para el verano o los días de calor, y podemos equilibrarla mediante estilos de cocción adecuados para comerla en días de frío.

Todas las frutas de la localidad son adecuadas, en clima templado contamos con las manzanas, el melón, la sandía, los albaricoques, los melocotones, las moras, las frambuesas, las ciruelas, las uvas, el pomelo, el limón, los arándamos, las pasas, las grosellas, las fresas, las mandarinas y las naranjas entre otras.

Pescado y marisco

La cocina macrobiótica utiliza pescados y mariscos como suplemento ocasional a los cereales, sopas, verduras, legumbres y algas. La cantidad varía según la salud y las necesidades personales y pueden llegar a consumirse varias veces por semana. Las variedades recomendadas son las que contienen menos grasas saturadas y colesterol, siendo de mejor digestión.

También se tiene en cuenta que el alimento sea pescado de mar o río, criado de forma natural. Evitamos todos los animales criados en piscifactorías debido a que son alimentados artificialmente y con grandes cantidades de medicamentos y antibióticos que alteran la calidad de lo que nos llevamos a la boca. Por ejemplo, el salmón de piscifactoría toma su color rosado a través de colorantes artificiales que se añaden a los piensos del pescado, pues en la naturaleza los salmones lo consiguen comiendo pequeñas gambas y camarones que resultarían muy caros en la crianza artificial y encarecerían mucho el producto final.

Cada tipo de pescado aporta una energía particular, propia de su raza y sus características. Por ejemplo, el salmón salvaje, tiene la capacidad de nadar contracorriente rió arriba para desovar. Esta fuerza direccional, tan fuerte, capaz de vencer todos los obstáculos, podría ser beneficiosa si queremos conseguir un objetivo difícil, claro que esta energía tan valiosa no nos la puede proporcionar ningún salmón de piscifactoría.

A continuación referimos un listado de pescados que son adecuados para un uso frecuente, y otros, que por su energía más extrema y por su mayor nivel de grasa deben consumirse más moderadamente:

PESCADOS Y MARISCOS

Merluza
Bacaladitos
Pijota
Acedías
Perca
Gallo
Dorada
Lubina
Breca
Lenguado
Carpa
Rodaballo
Bacalao
Trucha
Arenque
Abadejo
Eperlano
Pejerrey
Chipirón
Calamar
mejillones

MARISCOS (En ocasión)

Almejas
Cangrejo
Langosta
Pulpo
Ostra
Camarón
Gambas
Langostinos


PESCADOS (uso poco frecuente)

Salmón
Sardina
Atún
Otros de piel azul y carne roja



domingo, 24 de agosto de 2008

Los genes no lo son todo

Este artículo publicado en "El País" aborda una interesante cuestión que ofrece una nueva perspectiva a la hora de estudiar el desarrollo y la recuperación de enfermedades degenerativas. Y es que hasta ahora se consideró que el individuo quedaba determinado según sus genes desde el momento del nacimiento, pero factores medioambientales como la alimentación, el estrés o la contaminación a que se ve sometido determinan que los genes se activen o desactiven, modificando el mapa genético individual y el de su descendencia. Me fascinó, espero que lo disfruten.

Un saludo
/Raquel.


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Verduras de hoja

Entre las verduras de hoja destacamos, por su valía, las de hojas verdes. El color verde de la hoja lo aporta la clorofila, el colorante verde de las plantas, se encuentra en todas sus células, dentro de los llamados cloroplastos. Estos permiten que el dióxido de carbono, al entrar en contacto con la luz, transforme el aire, la tierra y el agua en almidón (azúcares); durante este proceso la planta desprende oxígeno... es una reacción química maravillosa que se conoce con el nombre de fotosíntesis.

En esa transformación, compleja en extremo, se producen auténticos milagros. Las sustancias inorgánicas (dióxido de carbono y agua) se convierten en sustancias orgánicas (almidones). La energía solar se almacena, de tal manera que las sustancias incombustibles, anteriormente pobres en energía y nada aprovechables para el metabolismo, se transforman en productos combustibles, ricos en energía.

Con ello, la planta no sólo se constituye en parte importante de la alimentación por su alto valor energético, sino que también proporciona oxígeno a la atmósfera. Puede decirse que la clorofila es la "hemoglobina" de la vida vegetal. Se asemeja estructuralmente a la hemoglobina de la sangre, de la que se diferencia sólo por un átomo: magnesio en la hoja, hierro en la hemoglobina...

Entre los beneficios de consumir habitualmente verduras de hoja verde podemos destacar que por efecto de la clorofila, la respiración celular aumenta, el metabolismo celular se activa, mejoran las defensas, la resistencia y la capacidad regeneradora de la célula; el metabolismo funciona de manera más económica y los procesos naturales de curación se activan, se depura la sangre pues elimina residuos y toxinas del cuerpo; se frenan las infecciones y se crea un entorno hostil a la proliferación de las bacterias.

Desde el punto de vista energético los vegetales de hojas verdes físicamente afectan a la parte alta del cuerpo, en especial a los pulmones, el corazón y la garganta. Fomentan el aliento de la vida, oxigenan el cuerpo humano, iluminando las zonas oscuras del cuerpo y el alma. Además ayudan a pacificar la mente, la familia y el hogar.

Los vegetales de hoja crecen en una dirección centrífuga, y por lo tanto, energéticamente estimulan los procesos mentales de la imaginación, las ideas creativas, y el despertar espiritual. Aportan frescura a nuestros platos y a nuestra vida. Producen un efecto suave refrescante en el cuerpo (en especial la parte alta) y tienen tendencia a absorber grasa. Por lo general se preparan en cocciones rápidas, a veces bastan 1-2 minutos, y pueden prepararse mientras se terminan de hacer otros platos y es hora de sentarse a comer.

Las verduras de hoja verde pueden clasificarse según su estructura en las siguientes:

Hojas de estructura amplia: con hojas anchas, como la lechuga romana, los cardos y el bok choy. De sabor dulce o ligeramente amargo producen el efecto más frío en el cuerpo (son muy beneficiosos para la gente que siente exceso de calor en la zona del pecho).

Hojas con estructura aserrada: como las hojas de mostaza, de col rizada, escarola, hojas de nabo y todas las hojas de borde ondulado. Su sabor es más amargo y su efecto más seco en el cuerpo. Son especialmente beneficiosas para liberar el exceso de mocos y agua de la parte alta del cuerpo.

Hojas apretadamente aserradas:
se incluyen aquí las hojas de zanahoria, de diente de león, de achicoria, de berro. Son las hojas más amargas, y sus efectos son fríos y secos. El uso de aceite en su preparación las equilibrará haciéndolas un poco más cálidas y menos secas.

Hojas derechas y suaves:
como las hojas de cebolleta, cebollino y puerro. Tienen un gusto picante o acre, y sus propiedades energéticas son de enfriar y dispersar hacia afuera.

(Fuentes: "La cocina de Aveline" por Aveline Kushi y Alex Jack, "La energía de los alimentos" - desconozco el autor)

Verduras de tierra

Las verduras de tierra pueden dividirse en tres categorías principales: redondas, de tallo y trepadoras, y tropicales. Todos se encuentran al final de un tallo y todos yacen sobre o muy cerca del suelo. Algunos de estos vegetales son brotes y otros son el fruto de una planta.

Las verduras redondas incluyen cebolla, col o repollo, calabaza, coliflor y brócoli. Estas plantas crecen muy cerca del suelo y por lo general su sabor es más dulce que el de las verduras de raíz, que crecen bajo tierra, o que las verduras de hojas que crecen sobre tierra. Desde un punto de vista energético estas verduras que crecen en el medio tienen un efecto en los órganos estómago, bazo y páncreas, situados en la mitad del cuerpo.

Las verduras de tallo, por lo general son de forma alargada, de crecimiento rápido y maduran al principio del verano, ofreciéndonos una energía ligera y ascendente. Algunos ejemplos de estas verduras son el pepino, la calabaza de verano y la lechuga. Energéticamente enfrían, humedecen y relajan los órganos antes mencionados, mientras que las calabazas de invierno y col tenderán a crear un efecto seco, cálido y relajante.

La mayor parte de las verduras tropicales y semitropicales no son adecuadas para consumo en zonas templadas, aunque ahora se cultiven allí y se comen en días cálidos y húmedos. Quizás dentro de diez mil años, cuando se hayan adaptado plenamente a suelos y climas templados, puedan producir efectos armónicos, pero ahora son demasiado debilitantes, ya que licúan la sangre y pueden contribuir a enfermedades. Aconsejamos reservarlas para ocasiones especiales, en muy pequeñas cantidades y usadas como condimento o decoración. Pero hay que ser cuidadosos pues las violaciones al orden natural son las causas principales de las enfermedades crónicas a las que hoy nos enfrentamos. Algunos ejemplos de estas verduras tropicales son la berenjena, el pimiento, el tomate, la patata y el espárrago.

Como las diferentes hojas y raíces, cada vegetal de suelo tiene su propia y única energética. Son los vegetales más sociales del reino de la planta y se relacionan con el lado de las relaciones sociales y humanas en nosotros.

CONSUMO REGULAR:
  • Cebollas
  • Col o repollo
  • Col lombarda
  • Calabaza dulce
  • Calabaza hokaido
  • Calabaza de verano y otras
  • Coliflor
  • Brocoli
  • Pepino
  • Calabacín

(Fuentes: "La energía de los alimentos" (desconozco el autor) y "La cocina de Aveline" de Aveline Kushi y Alex Jack).


martes, 22 de julio de 2008

Feliz Verano de 2008

Hola a todos,

Esta es una entrada sólo para desearos un feliz verano de 2008.
Habréis notado que últimamente el ritmo de incorporación de nuevas entradas al blog ha disminuido considerablemente. Esto no significa que hayamos abandonado este trabajo, el motivo es que estamos enfocadas en la apertura de nuestro centro "La Crisálida, Instituto de Macrobiótica", que pretendemos tener funcionando a principios de octubre, en Mairena del Aljarafe (Sevilla). Queremos comenzar una actividad regular de clases de cocina y una consultoría sobre alimentación, para aquellas personas que quieran recuperar su salud con la macrobiótica o simplemente deseen una orientación para comer mejor.
Por eso hasta después del verano este blog se toma unas vacaciones...
Disfrutad y descansad...
Un saludo cariñoso.
Raquel.

miércoles, 11 de junio de 2008

Aceites sin refinar

Los aceites utilizados en la cocina macrobiótica son sin refinar, a diferencia de los aceites comerciales. Para que la extracción de un aceite sea rentable, se utilizan altas temperaturas y disolventes orgánicos, como el hexano. Los aceites así obtenidos son malolientes, coloreados, ácidos y con sustancias impropias para el consumo (ceras, mucílagos...), por lo que es preciso un proceso de refinado: desgomado con ácido fosfórico, neutralización con sosa, decoloración, desodorización... y una posible estabilización con la adición de antioxidantes artificiales. El producto final es muy "puro" y de larga duración, resistente a la luz, al aire, a las botellas de plástico y es barato. Es el llamado aceite refinado.

La mayor parte de los aceites de semillas y de oliva que se venden en nuestros supermercados son refinados. Sin embargo podemos encontrar aceites de buena calidad, se trata del aceite virgen.

El aceite virgen, por ejemplo de oliva, es un zumo de aceitunas extraído por presión a temperaturas inferiores a 70º. Cuanto menor sea la temperatura de extracción, de mejor calidad resulta (tiene más contenido en omega-6 y en vitamina E) y más caro será el aceite. Son los aceites de primera presión en frío.

El comercialmente llamado aceite puro, indica que sólo está elaborado con un tipo de materia prima, por ejemplo sólo de aceitunas, y es una mezcla de aceite refinado y aceite virgen.

La acidez de un aceite indica la concentración de ácidos grasos libres que contiene. Suele ser menor la de los aceites refinados, ya que la acidez se neutraliza químicamente a gusto del fabricante. Lo ideal es de unos 0,5º, no debiendo exceder de 1º. Con los aceites naturales pasa algo parecido a los vinos, los grados dependen de la variedad de la semilla y de la cosecha de cada año; más acidez cuanto más haya llovido antes de la recogida.

En la cocina macrobiótica se utilizan una amplia variedad de aceites tanto para cocinar, como en frío, que aportan aromas y sabores distintos a cada plato, así como propiedades específicas. Algunos de los más utilizados son el aceite de sésamo, de sésamo tostado, de girasol, de oliva, de cacahuete, de semillas de calabaza, de cártamo...

Si no se conoce bien la procedencia del aceite insaturado, no debe consumirse, pues lejos de hacer un bien puede hacer un mal. Por ejemplo, el aceite de lino sólo ejerce su acción terapéutica si ha sido extraído y envasado en ausencia de oxígeno a una temperatura máxima de 40º. En caso de duda es mejor consumir las semillas o los frutos secos tal y como nos los da la naturaleza, siempre que no estén enranciados.

(Fuente: "El equilibrio a través de la alimentación" Olga Cuevas Fernádez).

martes, 10 de junio de 2008

Endulzantes artificiales

- EN CONSTRUCCIÓN -

El amargo dulce del azúcar

Comenzaremos afirmando algo que probablemente os sorprenderá. En todas las corrientes que trabajan a favor de una alimentación más sana se habla de lo pernicioso de los aditivos, los contaminantes o los pesticidas. Pero la toxicidad de estos es ridícula en comparación con la del azúcar, sobre todo por el abuso que de ella se hace.

El azúcar de caña tiene un origen remoto, posiblemente en China o India. En estas culturas estaba reservada para la corte y clases privilegiadas para usar como medicina. Hasta bien entrado el siglo XIX, con el desarrollo de las plantaciones y la implantación industrial de los métodos del extracción del azúcar de la remolacha, no se popularizó su consumo en la alimentación humana.

La palabra azúcar tiene dos significados:

1- el popular, esa materia blanca o marrón extraída a partir de la caña o de la remolacha, cuyo único componente químico son moléculas de sacarosa (glucosa condensada con fructosa).

2- los azúcares, palabra que se utiliza para designar a todas las moléculas formadas por unidades de glucosa y/o fructosa presentes en los alimentos y que reciben distintos nombres dependiendo de su estructura química, por ejemplo, fructosa (presente en la fruta), lactosa (en la leche), glucosa (en la sangre y en las uvas), almidón (en las patatas y cereales).

Estos dos significados no deben confundirse, pues para nuestro organismo no es lo mismo comer sacarosa pura o cualquier otro azúcar puro, que consumir un alimento que lo contenga.

En el proceso de extracción de la sacarosa, no sólo se priva a la remolacha o a la caña de la fibra, sino también de minerales, vitaminas y oligoelementos. El contenido en sacarosa es alrededor de un 15% en la remolacha. (Es fácil comer 250 gr. de una tableta de chocolate, hecho con azúcar concentrado, pero para ingerir una cantidad equivalente de azúcar sería necesario comer algo más de kilo y medio de remolachas).

El azúcar moreno, a veces vendido como "azúcar integral", es una versión menos refinada que el azúcar blanco (no se ha limpiado tanto), con una insignificante cantidad de vitaminas y minerales y que contiene en mayor o menor medida contaminantes que provienen del proceso de la extracción industrial. Este tipo de azúcar no representa ninguna ventaja con respecto al azúcar blanco. Sólamente sería más beneficioso utilizar azúcar obtenido por liofilización del jugo de caña, el llamado azúcar de rapadura.

Muchas personas consumen cantidades excesivas de azúcar sin ser conscientes de ello y con total desconocimiento de sus peligros. Lo encontramos en las chucherías, las bebidas refrescantes, la bollería, los productos de pastelería, en los panes de molde, en las salsas preparadas, en los "cereales" del desayuno, en las conservas, en los embutidos, etc. La televisión, las revistas y los anuncios se encargan de ensalzar sus virtudes, silenciando la interminable lista de sus inconvenientes. Nos enloquece su sabor, nos sentimos eufóricos al llenarse nuestra sangre de glucosa, nos quita el hambre y nos da energía. Frente a tan enorme cara hay un silenciado enorme dorso.

El azúcar y las deficiencias de vitaminas y minerales: los nutrientes que acompañan a la sacarosa en la remolacha o la caña, son las herramientas que esta necesita para ser metabolizada. El organismo tendrá que "robarlos" de otros alimentos o de los propios tejidos creando un déficit de vitaminas especialmente del grupo B, de minerales (sobre todo de magnesio) y de oligoelementos.

El azúcar y los huesos: El azúcar produce al metabolizarse residuos ácidos para cuya neutralización sale el calcio de los huesos y dientes. Los huesos se debilitan y nos conducen con los años a la tan temida osteoporosis. Las golosinas no sólo producen caries por contacto directo con los dientes, sino que también "trabajan" en silencio desde dentro.

El azúcar y las infecciones: Una dieta rica en azúcares favorece la infección por parte de levaduras (por ejemplo la cándida albicans), bacterias y parásitos. La simple supresión del azúcar refinado permite a menudo terminar con las infecciones reincidentes o crónicas.

El azúcar y los lípidos: Cuando tomamos azúcar o productos elaborados con ella, ingerimos muchos carbohidratos en muy pequeño volumen. Esto nos permite introducir en nuestro estómago cantidades enormes de materiales calóricos en exceso, abocados a ser almacenados en forma de grasa corporal. Con el exceso de dulces no sólo vemos cómo sube la aguja de nuestra báscula, sino también el colesterol y otros lípidos de la sangre aumentarán haciéndonos candidatos de las enfermedades cardiovasculares.

El azúcar y los cambios en el estado de ánimo: contrariamente a los azúcares naturales, el azúcar refinado es absorvido muy rápidamente por el intestino delgado provocando una brusca hiperglucemia, que conduce a un estado de excitación física y psíquica y posteriormente una reacción de hipoglucemia que va acompañada de depresión mental, de cansancio físico (los desfallecimientos matinales y del mediodía) e incita a tomar estimulantes, que van a causar otra nueva hiperglucemia a la que seguirá horas más tarde otra nueva hipoglucemia. Estas alternancias en el porcentaje de azúcar en la sangre deteriora los mecanismos reguladores del metabolismo y agotan el sistema nervioso, lo cual conduce al cansancio, irritabilidad, agresividad y debilitamiento general.

El azúcar y el sistema nervioso: el azúcar tiene un efecto negativo sobre el sistema nervioso parasimpático y los órganos que rige. El cerebro se vuelve más pasivo y se disminuyen las capacidades intelectuales entre ellas la concentración mental.

El azúcar y el sistema inmunitario: el azúcar disminuye las defensas del organismo y neutraliza la acción inmunitaria de los glóbulos blancos. Aquí podemos plantearnos la cariñosa costumbre de llevar a un enfermo bombones.

Todos estos factores afectan muy negativamente a los niños. Los niños golosos van de la hiperactividad exagerada a la melancolía, tienen más caries dentales y son más propensos a las infecciones. Sin embargo los efectos a largo plazo de una dieta "dulce" pueden ser bastante más preocupantes que las consecuencias inmediatas. La hipoglucemia juvenil puede ser el preámbulo de la delincuencia, las drogas, el alcohol y las depresiones del adulto. La infección crónica de Cándidas derivada del consumo excesivo de azúcar o antibióticos puede originar problemas digestivos o energéticos de carácter vitalicio. Los niños que durante años abusan del azúcar tienen mayor riesgo de contraer diabetes, cáncer o enfermedades coronarias en la edad adulta.

Si piensa sustituir o reducir su consumo de azúcar le recomendamos que utilice endulzantes naturales, y se cuide bien de sustituirlos por los endulzantes artificiales tan de moda y mucho peores para la salud.

Probablemente a esta altura está asustadísimo o piense que somos radicales de una cruzada anti-placer. Pero no se trata de eso, todas estas son verdades probadas científicamente y las verdades deben ser dichas, para que por lo menos podamos tener conciencia de aquello que hacemos.

Les sugerimos la lectura del libro "Sugar Blues" escrito en los años 70 por un periodista americano casado con la fallecida actriz Gloria Swanson, William Dufty. Donde relata con bastante humor y rigor científico su odisea personal y la forma en que su salud física y emocional mejoraron cuando comenzó a reducir el consumo de esta substancia.

NOTA: artículos relacionados: "Endulzantes artificiales" y "Endulzantes naturales".

(Fuentes: "El equilibrio a través de la alimentación" de Olga Cuevas y artículos de la web del Instituto Macrobiótico de Portugal, por Francisco Varatojo. )