sábado, 31 de mayo de 2008

Macrobiótica

La Macrobiótica no es exclusivamente una dieta, un régimen, engloba un estilo de vida que tiene como objetivo último ayudar a desarrollar nuestro potencial humano, respetando las leyes de la naturaleza desde un punto de vista biológico (a través de la alimentación), ecológico (haciendo elecciones diarias que contribuyen a una mejor calidad del medioambiente), social y espiritual (trantando a los otros con amor y compasión y asumiendo nuestra responsabilidad como un pequeño eslabón de una vasta cadena de seres y fenómenos).

El origen de la palabra es griego "macro" - grande, y "bio" -vida, que no sólo significa "vida larga", sino también la capacidad de vivir nuestra vida de una forma plena, grande. En ese nivel, la alimentación es importante, esencial, porque nos da la base biológica, la salud para vivir la vida en todo su esplendor y la sensibilidad para respetar el medio que nos rodea. Somos literalmente lo que comemos, los alimentos crean nuestra sangre que nutre las células, los órganos y el cerebro. Sin alimentos la vida no es posible.

La alimentación tiene una influencia poderosa en nuestro bienestar físico, mental y espiritual. Para la mayoría de nosotros intentar descubrir que significa alimentarnos de una forma saludable puede ser bastante confuso. La macrobiótica puede ser aquí una valiosa ayuda.

La cocina macrobiótica es una cocina energética y equilibrada (que considera las cualidades energéticas de los alimentos para crear equilibrio). Los cereales integrales son el alimento principal, junto con una gran variedad de vegetales, legumbres, algas, semillas, frutas y frutos secos y una pequeña cantidad de alimentos de origen animal. Idealmente los alimentos son de origen ecológico, frescos y del mismo área geográfica.

El arte único de la culinaria macrobiótica crea platos deliciosos, adaptados a las necesidades individuales, considerando factores como el clima, la actividad física, los antecedentes biológicos entre otros.

La filosofía y el estilo de vida macrobióticos ofrecen un abordage único de transformación personal. La práctica macrobiótica puede mejorar nuestra energía, vitalidad y flexibilidad así como nuestra creatividad y bienestar mental. También se agudizan nuestras capacidades intuitivas, instintivas e intelectuales y se amplían nuestros niveles más elevados de crecimiento espiritual.

(Fuente: traducción del artículo "Macrobiótica" de Francisco Varatojo.)


martes, 27 de mayo de 2008

MENÚS

- EN CONSTRUCCIÓN-



- EN CONSTRUCCIÓN-

Lenguado macerado al vino dulce de arroz (mirím)

Ingredientes: (para 1 persona) 1 filete de lenguado pequeño, 1c.c de mirím, 1 c.c de miso blanco, 1 c.c de vinagre de arroz, sal, 2 o 3 trocitos de jengibre, 1/2 c.c de aceite de oliva y cebolletas.

  • Hacer una salsa bien ligada mezclando el miso blanco, el mirím y el vinagre de arroz (añadir un poco de agua para que quede líquida).
  • Dejar macerar el pescado crudo en la salsa y el jengibre durante 24h.
  • Trocear las cebolletas en medias lunas.
  • Hacer un salteado a fuego fuerte con las cebolletas, el aceite y una pizca de sal, moviendo continuamente durante 5 min (añadiendo agua en pequeños chorritos si fuese necesario para que la verdura no se queme).
  • Colocar el filete de pescado sobre las cebolletas, junto con una pizca de sal, y añadir el líquido del macerado y el jengibre.
  • Tapar y cocer a fuego medio-bajo 10 min o hasta que es pescado se haga al vapor.
  • Servir con un poco de perejil crudo bien picadito. (también queda rico con cebollino, rúcula o albahaca).

miércoles, 14 de mayo de 2008

El horno microondas

A diferencia del horno de gas convencional, que calienta un recipiente y éste al alimento; el horno microondas calienta el alimento emitiendo ondas electromagnéticas (ondas que atraviesan los recipientes). El impacto de dichas ondas sobre las moléculas de agua contenidas en los alimentos, las hace vibrar motivando una fricción que genera calor.

El horno microondas cocina de forma inversa al tradicional. Mientras que cocinando con los métodos conocidos hasta ahora, los alimentos se hacen de fuera a dentro, el horno microondas realiza la misma operación de dentro a fuera. En otras palabras, los alimentos, bajo el impacto de las ondas electromagnéticas, se suelen cocer primero en su interior, y luego, el calor se transmite a la superficie.

El doctor en biología Andreas Kuhne rebate la afirmación de que la técnica microondas no altera negativamente la estructura química de los alimentos y conserva las vitaminas. Por ejemplo, el ácido fólico, vitamina del grupo B básica para la formación de la sangre e importante para el sistema inmunitario y el crecimiento, desaparece cinco veces más rápidamente en los alimentos tratados con microondas. También existen pérdidas considerables de las vitaminas B1, B6 y C.

El campo electromagnético que forman las ondas microondas puede alterar la estructura protéica de los alimentos de forma mucho más intensa que los métodos de cocción tradicionales.

Las paredes celulares de las verduras cocinadas con microondas, aparecen totalmente desgarradas vistas al microscópio.

El efecto de los campos electromagnéticos sobre la salud humana se halla muy poco estudiado. Cualquier fuga supone una exposición muy superior a la que nos tiene acostumbrados la naturaleza. Los hornos microondas vibran a más de dos millones de ciclos por sección (el equivalente a 60 hornos eléctricos), pudiendo esa intensa vibración afectar a la integridad celular de los alimentos y ser absorvida por quien los come. Además se ha descubierto que las bacterias de la salmonela, una de las principales causantes de intoxicaciones alimentarias, consiguen sobrevivir en algunas partes del alimento que han quedado más frías y que no han cocido por completo.

El mismo doctor Kuhne ha apuntado la probabilidad de que los efectos de la exposición sean los causantes de los actuales mareos, las jaquecas, el cansancio y el debilitamiento de los sistemas inmunitario y nervioso central. Para corroborar este dato podemos citar un estudio europeo realizado con 8 personas que siguen un régimen macrobiótico, investigadores del Instituto Suizo de Tecnología y del Instituto Universitario de Biología y Medio Ambiente revelaron que los alimentos cocinados con microondas provocaban alteraciones en la sangre y las funciones inmunitarias de los individuos estudiados. Estas alteraciones incluían un descenso de los niveles de hemoglobina, un aumento de hematocritos y leucocitos (asociados al combate de las infecciones), un colesterol más elevado y una disminución en los linfocitos. Además de alterar la química sanguínea, los investigadores descubrieron que la comida cocinada con microondas aparentemente provocaba un aumento de la actividad de ciertas bacterias de los alimentos y que las células alteradas se asemejaban a fases patogénicas que ocurren en el inicio del desarrollo de algunos tipos de cáncer. Los científicos referían también a alteraciones biológicas en el propio alimento tratado con microondas, como un aumento de la acidez, modificación de las moléculas de proteínas, células de grasa mayores de lo normal y disminución del ácido fólico.

Todos estos datos que hemos seleccionado proceden de los primeros estudios serios realizados para conocer los efectos del uso del horno microondas. En vista de los resultados, cabría preguntarse: ¿vale la pena correr tantos riesgos? ¿por qué no seguir con métodos más naturales y sanos como la cocina de gas?

(Fuentes: "La nueva Cocina Energética" - Montse Bradford (Ed. Océano Ámbar) y "A Humanidade unma encruzilhada" - Michio Kushi y Alex Jack (Ed. Ume) /Traducción de Raquel Pozo).

Sobre la sal, un caso real.

En los últimos 50 años, el uso de la sal en la alimentación ha sido cada vez más desaconsejado y probablemente muchas personas consideran la sal peligrosa para la salud.

Sin embargo, su uso adecuado así como la utilización de una sal de buena calidad puede desempeñar un importante papel para el desarrollo de una buena salud.

De acuerdo con las teorías nutricionales chinas y ayurvédicas la sal facilita las siguientes funciones:
  • Nos ayuda a estar más centrados debido a su energía fuertemente yang (contractiva y enraizadora).
  • Transforma a los alimentos en más nutritivos y da energía y vitalidad.
  • Ayuda a la digestión, contribuyendo a la segregación de ácido clorhídrico en el estómago.
  • Estimula la función renal y en su uso adecuado facilita la absorción de calcio y de nutrientes en general.
  • La sal es considerada un purificador y como tal ayuda al organismo a eliminar toxinas.
Desde el punto de vista de la ciencia occidental se sabe que la sal desempeña un papel importante en determinadas funciones fisiológicas, por ejemplo:
  • Ayuda a la producción de bilis, que facilita la absorción de grasas en los intestinos.
  • Aumenta los movimientos peristálticos del intestino, contribuyendo a una buena digestión.
  • Alcaliniza la sangre, un aspecto importante en el mantenimiento de la salud y la prevención de enfermedades, ya que la mayoría de los alimentos modernos tiende a acidificarla.
  • El sodio ayuda a la conducción de los impulsos nerviosos y también a la contracción muscular.
A pesar de todos estos beneficios, un exceso en su consumo o una mala calidad de la sal pueden producir los siguientes trastornos:
  • Los chinos consideran que si ingerimos demasiada sal nos podemos convertir en personas excesivamente materialistas, debido a su efecto focalizante.
  • Una pequeña cantidad promueve la función renal, pero un exceso afecta a los riñones, interfiere en el metabolismo de la absorción de calcio y de nutrientes en general.
  • Adelgazamiento excesivo y un aspecto flaco, débil; por otro lado si la persona tiende a retener líquidos también puede provocar un aspecto hinchado.
  • Como la sal tiene tendencia para atraer líquidos, puede producir un aumento de la presión arterial y provocar hipertensión, en particular cuando se consumen demasiados productos animales en la alimentación.
Por todo lo dicho parece importante determinar qué cantidad de sal es adecuado utilizar en la alimentación diaria. En realidad la mayoría de las personas utiliza demasiada sal, particularmente en la forma de "sal escondida" tan común en los alimentos modernos como patatas fritas, pan blanco refinado y particularmente en la comida rápida (fast food).

Muchas recomendaciones nutricionales modernas, recomiendan una cantidad de 3000 mg. por día, en tanto que un adulto moderno puede fácilmente ingerir unos 17 mg. por día, cantidad claramente excesiva.

Use la sal con moderación, considere que cada individuo tiene necesidades y capacidades diferentes para lidiar con ella, y sobre todo, absténgase de usar el salero en la mesa, una forma particularmente nociva de usar este ingrediente.

La principal razón por la cual la sal tiene tan mala reputación es probablemente porque su uso es en la forma de sal refinada, un subproducto de la auténtica sal marina, que consiste casi exclusivamente en cloruro de sodio. La sal refinada (que es la que la gran mayoría consume) consiste en un 99.5% o más de cloruro de sodio, al que se añade dextrosa (un tipo de azúcar) y productos químicos para estabilizarla, evitar que se apelmace y blanquearla. Además el proceso de refinamiento tiene lugar a altas temperaturas, lo que puede alterar la estructura química de la sal.

Recomendamos por tanto utilizar sal marina integral (secada al sol), que tiene más del 4% de otros minerales y oligoelementos muy importantes para el buen funcionamiento del organismo.

Curiosidades:
  • La sal desempeñó un aspecto crucial en la historia de la humanidad. La propia palabra "salario" significa "pagar en sal", pues los soldados romanos eran pagados con este preciado producto.
  • La sal fue un bien tan preciado que en el siglo sexto algunos mercaderes del desierto negociaban con sal al mismo precio que con oro.
(Artículo de Francisco Varatojo, director del Instituto Macrobiótico de Portugal. Traducción por Raquel Pozo. Visita el Instituto Macrobiótico de Portugal.)


Un caso real:

Cuando comencé a practicar la macrobiótica cometí muchos errores y uno de ellos fue el abuso de la sal, en el uso excesivo de condimentos como el gomasio, el gomawakame o la salsa de soja. (En un día podía consumir 3-4 cucharaditas de gomasio, así como salsa de soja directamente sobre la comida a menudo). Además tomaba pocos alimentos con energía yin (expansiva, relajante) y muchísima cantidad de cereal. Tras varias semanas con esta práctica errónea y desequilibrada adelgacé más de 3kg en un mes, y además tuve otros trastornos como estreñimiento e insomnio. Había demasiada energía yang en la dieta (muy contractiva). Cuando comprendí mejor el funcionamiento de la energía en la alimentación e hice algunos ajustes todos estos síntomas se normalizaron.

El exceso de sal crea deseos de comer dulces y grasas, que compensen la fuerte energía de este ingrediente, además de aumentar rápidamente el apetito. Este conocimiento es muy útil si se quieren perder unos kilos, pues lo primero que deberíamos hacer es reducir la cantidad de sal. Asímismo lo utilizan en los bares y restaurantes dónde la comida está sobre-salada para conseguir que el cliente consuma más. /Raquel.

¿Por qué es importante comer verduras verdes?

Las verduras de hoja verde tienen un alto contenido en clorofila. En el siguiente texto, del libro "Más energía y salud con los germinados" de Luisa Martín, Editorial Océano Ámbar, se explica el valioso poder de la clorofila de manera muy sencilla y clara. Lo transcribimos para todos los lectores:

"La clorofila, el colorante verde de las plantas, se encuentra en todas las células de la hoja, dentro de los llamados cloroplastos. Estos permiten que el dióxido de carbono, al entrar en contacto con la luz, transforme el aire, la tierra y el agua en almidón; durante este proceso la planta desprende oxígeno... es una reacción química maravillosa que se conoce con el nombre de fotosíntesis.

En esa transformación, compleja en extremo, se producen auténticos milagros. Las sustancias inorgánicas (dióxido de carbono y agua) se convierten en sustancias orgánicas (almidones). La energía solar se almacena, de tal manera que las sustancias incombustibles, anteriormente pobres en energía y nada aprovechables para el metabolismo, se transforman en productos combustibles, ricos en energía.

Con ello, la planta no sólo se constituye en parte importante de la alimentación por su alto valor energético, sino que también proporciona oxígeno a la atmósfera. Puede decirse que la clorofila es la "hemoglobina" de la vida vegetal. Se asemeja estructuralmente a la hemoglobina de la sangre, de la que se diferencia sólo por un átomo: magnesio en la hoja, hierro en la hemoglobina...

Tanto las hojas verdes como los germinados acumulan esta energía vital y tienen la capacidad de aumentar su intensidad y de transmitirla. Por ejemplo, el secreto de las aplicaciones terapéuticas de la col por vía externa reside en las radiaciones que ésta emite.

Por efecto de la clorofila, la respiración celular aumenta, el metabolismo celular se activa, mejoran las defensas, la resistencia y la capacidad regeneradora de la célula; el metabolismo funciona de manera más económica y los procesos naturales de curación se activan. Depura la sangre pues elimina residuos y toxinas del cuerpo; frena las infecciones y crea un entorno hostil a la proliferación de las bacterias, sin actuar directamente sobre el tejido; desinfecta y cura las heridas. La clorofila diluida baja la presión sanguínea y concentrada, la aumenta. Actúa contra la aterosclerosis, el aumento de colesterol y tiene virtudes antiespasmódicas. También aporta oxígeno a las células y favorece la respiración; permite un óptimo aprovechamiento de las albúminas, rebaja el gasto de insulina y mejora la actividad de las glándula tiroides. Equilibra la relación ácido-base en el organismo y contiene una cantidad asombrosa de vitaminas (especialmente A, C y H) y ácido fólico. Las semillas germinadas contiene un torrente de clorofila.
El doctor Hagiwara (científico japonés que investiga las propiedades curativas de las plantas) argumenta que la clorofila es absorbida directamente por la sangre a través del sistema linfático y que se integra a ella una vez que se encuentra en el torrente sanguíneo. Las verduras contienen clorofila en cantidad que varía según el número de hojas verdes que contengan y la intensidad del color de estas (a más verdes, más clorofila contienen).

La clorofila se utiliza como base para desintoxicar en profundidad el cuerpo y regenerar el sistema digestivo debilitado, es decir, aporta energía a la vez que limpia. "

Las semillas germinadas sintetizan clorofila al entrar en contacto con la luz, una vez crecido el brote después de unos días. Las que más clorofila sintetizan son el trigo y la alfalfa.

El consumo de plantas verdes es muy necesario en el caso de anemia o de requerir una limpieza intestinal; así mismo se recomienda en caso de falta de energía o astenia. Las enzimas, proteínas, vitaminas, minerales y la clorofila son algunos de los beneficios nutricionales que recibe nuestro organismo cuando incluimos verduras verdes y germinados en nuestra dieta."

Algunas verduras verde adecuadas para el consumo regular son: hojas de zanahoria, repollo chino, cebollín, escarola, diente de león, col, puerro, hojas de mostaza, perejil, hojas de nabo, hojas de berro, brócoli...

Es importante recordar aquí que aunque las espinacas y las acelgas tienen un alto contenido en clorofila, como su intenso color verde indica, no son aconsejables para su consumo regular debido a su alto contenido en ácido oxálico, que es muy difícil de eliminar y en grandes cantidades puede favorecer la formación de cálculos en los riñones. Este es el motivo de que estas verduras se desaconsejen totalmente para aquellas personas que estén en un proceso de recuperación de la salud con un tratamiento específico de macrobiótica.

Entradas relacionadas:

¿Son saludables las acelgas y las espinacas?

domingo, 11 de mayo de 2008

Tartaleta de mijo y pescadilla

Ingredientes: mijo, cebollas, zanahorias, perejil fresco, pescadilla, aceite de oliva, sésamo negro tostado y sal.
Cantidades: 1/4 de vaso de mijo y 1 pescadilla por persona.

  • Cortar cebolla y zanahorias en trocitos pequeños.
  • Poner el mijo a cocer con 4 partes de agua, la verdura y un poco de aceite y sal, durante 30-40 min, a fuego mínimo.
  • Cortar cebolla en aros y saltearcon un poco de aceite, moviéndola continuamente y añadiendo pequeños chorritos de agua para evitar que se pegue, durante 5 min a fuego medio o fuerte.
  • Añadir un fondillo de agua y colocar el pescado sobre la cebolla, tapar y cocinar al vapor hasta que se haga (entre 5-10 min).
  • Cuando acabe la cocción del pescado vertemos el caldo que haya quedado sobre el mijo, para que termine de hacerse con este caldo y tome el sabor del pescado.
  • Servimos en una cazuelita de barro el mijo bien extendido por el fondo y encima el pescado con la cebolla.
  • Decoramos con un poco de perejil picado y unas semillas de sésamo negro tostadas.
NOTAS: para hacer este plato se puede usar cualquier pescado fresco.

Arroz con revoltillo dulce

Ingredientes: arroz cocido, cebolla, calabaza, aceite de sésamo,sal y condimento gomawakame.


  • Cortar la cebolla en medias lunas y se ralla la calabaza.
  • Saltear la verdura con un poquito de aceite y sal, moviéndola continuamente, a fuego medio y añadiendo pequeños chorritos de agua para evitar que se queme. Durante 5-7 min.
  • Añadir un fondillo de agua y el arroz, subir el fuego durante 2 min.
  • Mezclar el arroz con las verduras.
  • Condimentar con 1/2 cucharita de gomawakame.

sábado, 10 de mayo de 2008

Potaje de arroz con lentejas.

Ingredientes: arroz cocido, lentejas, puerro, zanahorias, rabanitos, perejil fresco y miso.
Cantidades: 2:1 arroz:lentejas, 2 c.c rasas de miso y 3/4 de vaso de lentejas para 4 personas.

  • Apartamos las lentejas viejas o las posibles piedrecitas que puedan tener.
  • Lavamos las lentejas y las cubrimos de agua en una olla (unos 2-3 dedos por encima del nivel de las lentejas).
  • Añadimos un trozo de unos 5cm de alga kombu y llevamos a hervor, cortando la ebullición con un poco de agua fría para evitar que las lentejas floten y así se cuezan bien.
  • Tapamos y cocemos a fuego bajo unos 20 min.
  • Añadimos las verduras troceadas y cocemos unos 20 min más o hasta que estén tiernas las lentejas.
  • Troceamos el alga en pequeños trozos y añadimos el miso diluido en agua con la olla destapada, evitando que hierva.
  • Mezclamos con el arroz y servimos con perejil muy picadito.

Potaje de arroz con azukis

Ingredientes: arroz cocido, azukis cocidas, miso, alga nori, zanahoria, aceite de sésamo, calabaza, cebolla, cebollín y semillas tostadas de calabaza.
Cantidades: 2:1 arroz:azukis, 1/2 cucharadita rasa de miso por persona.

  • Salteamos la verdura con una pequeña cantidad de aceite y sal, añadiendo pequeños chorritos de agua al saltear para evitar que la verdura se queme, durante 5' y a fuego vivo.
  • Cubrimos de agua ligeramente las verduras y cuando hierva, bajamos el fuego al mínimo y cocemos unos 20 min.
  • Diluimos el miso en un poco de agua y añadimos a las verduras, apagando el fuego para evitar que hierva.
  • Hacemos un potaje con las verduras en su jugo, el arroz y las azukis y decoramos con un poco de cebollín picado, unos pedazos de alga nori tostada y unas semillas de calabaza tostadas y troceadas.

Azukis en cocción básica.

Ingredientes: azukis, alga kombu, sal y agua.
Cantidades: 3/4 vaso de azukis y 5-7 cm de tira de alga kombu, un pellizco de sal, para unas 3-4 persoanas.

  • Lavar y remojar las azukis con agua que las cubra, durante toda la noche.
  • Poner las azukis con su agua del remojo y un trozo de tira de alga kombu en la olla a presión.
  • Llevar a ebullición y después cocer a fuego bajo durante 45 min.
  • Abrir la olla y probar, si aún no estuviesen tiernas entonces cocer hasta que lo estén.
  • En los últimos 5 min añadir la sal.
  • Trocear muy pequeño el alga y sazonar con unas gotas de salsa de soja (shoyu).
NOTAS: esta preparación de azukis se puede usar para añadir a otros platos. De forma que con una cocción de legumbre iremos preparando platos diferentes.

Las alubias azukis son muy beneficiosas para equilibrar los riñones. Se recomienda un consumo moderado, de entre 2-3 veces a la semana como máximo.