jueves, 19 de febrero de 2009

Tarta de moka

Ingredientes: (6-8 personas) - 1 litro de bebida de avena, 2 cucharas de agar-agar, 1 cuchara de kuzu o arrowroot, 6 trocitos de vainilla en rama, 1 cucharada de crema de avellanas, 3 cucharas de miel de arroz, 1 cuchara rasa de café yanoh, 1 cuchara rasa de harina de algarroba, 1 ramita de canela en rama, ralladura fina de 1 naranja y galletas para la base de la tarta.
Para la decoración: coco rallado, frutos secos y rodajitas finas de naranja.

  • Cocer la bebida de arroz, junto con la vainilla, la canela en rama, la crema de avellanas bien disuelta en el líquido, la harina de algarroba, y el agar-agar durante 10 min (o hasta que el agar-agar se deshaga).
  • Diluir un poco de kuzu o arrowroot en un poco de agua fría y añadir, revolviendo suavemente hasta que se espese ligeramente la cocción.
  • Añadir miel de arroz y café yanoh al gusto.
  • Añadir la ralladura de naranja cortada muy fina.
  • Colocar en una molde de tarta una base de galletas y verter el líquido de la cocción suavemente, para evitar que las galletas suban a la superficie. Esperar hasta que la tarta se solidifique tomando una consistencia de flan.
  • Decorar con coco rallado, nueces tostadas y picadas, rodajitas de naranja o lo que más te guste.

Entrevista - Lo que dicen de la macrobiótica -

ENTREVISTA "LO QUE DICEN DE LA MACROBIÓTICA"


Mi nombre es Eloísa Muñoz y soy una estudiante de nutrición en la universidad de Sevilla. Buscaba información en internet para realizar un trabajo sobre macrobiótica cuando encontré este sitio que despertó mi curiosidad y ganas de aprender. Fue así como contacté a Raquel que accedió a contestar mis preguntas y así elaboramos juntas esta entrevista que hemos titulado "Lo que dicen de la macrobiótica" y que aborda muchos de los tópicos que todos tenemos sobre esta disciplina. Espero que la disfruten.


P- Hola Raquel, muchas gracias por dedicarme tu tiempo. Me gustaría saber cómo empezaste a practicar la dieta macrobiótica.


R- Hola Eloísa, es un placer para mi hacer esta entrevista, espero contestar bien todas tus preguntas. Bien, empecé a practicar la macrobiótica hace cerca de tres años. Quería mejorar mi salud pues me diagnosticaron una enfermedad neuromuscular crónica cuyo tratamiento en la medicina alopática era sólo sintomático. El médico que lo hizo me dijo que tendría calidad de vida sólo por 6 o 7 años. Mi madre “se leyó internet” buscando algo relacionado con la alimentación para poder actuar desde ese campo. Entonces contactó con el director del Instituto Macrobiótico de Portugal, Francisco Varatojo, con el que tuve una consulta y empecé el tratamiento. Y ahí comenzó mi aprendizaje en esta área, que supuso un descubrimiento de tal magnitud que me hizo enamorarme de esta filosofía a la que debo mi salud y mi vida. Me abrió los ojos a una comprensión del mundo y de la salud que nunca había sospechado. Estoy muy agradecida.


P- Ahora me gustaría preguntarte algunas cosas sobre la dieta macrobiótica. Se dice de la macrobiótica que se evitan todo tipo de carnes, productos lácteos y no es muy común entre sus seguidores el consumo de suplementos vitamínicos, por lo que parece que no se cubren las necesidades nutricionales básicas. ¿Qué opinas de esto?


R- En la macrobiótica no hay alimentos prohibidos, esto significa que no hay ningún alimento que se evite totalmente si uno no quiere. En nuestra sociedad se tiene la falsa creencia de que el aporte proteínico necesario para el buen funcionamiento del cuerpo sólo puede ser provisto por las carnes y los lácteos y esto es absolutamente falso. Como todo estudiante de nutrición sabe el cuerpo toma las proteínas ingeridas (vegetales o animales) y las descompone en un conjunto de aminoácidos para formar posteriormente las proteínas humanas que necesita. Lo importante en la dieta es consumir todos los aminoácidos esenciales en cantidades suficientes para que el cuerpo disponga del material de base que le permita construir todas las proteínas para su buen funcionamiento.

La carne proporciona todos los aminoácidos esenciales y las proteínas vegetales, esto es semillas, frutos secos, legumbres y derivados como el tofu y el seitán, tienen carencia de ciertos aminoácidos que se encuentran en los cereales integrales. Así mismo, los cereales integrales tienen carencia de ciertos aminoácidos que se encuentran en las legumbres, haciendo ambos una pareja perfecta. Dado que por término medio las legumbres contienen 3 veces más proteínas que los cereales, una combinación óptima que proporciona todos los aminoácidos esenciales sería legumbre con cereal en la proporción 1:3, o también legumbres con semillas, por ejemplo garbanzos con sésamo o alubias con pipas de girasol. En la dieta macrobiótica se consumen diariamente cereales integrales y proteínas vegetales, y pescado con regularidad, dejando el aporte de carne y lácteos como una pequeña parte de la dieta, vamos como para días de fiesta. En realidad es así como se ha alimentado la humanidad hasta la llegada de la industrialización de la agricultura y la ganadería hace relativamente poco tiempo. La base de nuestra antigua dieta mediterránea era el trigo y los garbanzos y lentejas, en Asia el arroz y la soja, en Sudamérica el maíz y los frijoles, por poner algunos ejemplos.

Puede parecer más seguro consumir carne y lácteos como fuente de aporte proteico pero nosotros no recomendamos su consumo habitual por la cantidad de desventajas que ofrece esta opción: putrefacciones intestinales, acumulación de ácido úrico, acidificación del medio interno (con la consecuente pérdida de minerales del cuerpo, entre otros ¡el calcio!) y sobrecarga para el hígado y los riñones, entre otras. Además el consumo habitual de carne y lácteos está relacionado con enfermedades de exceso que son desgraciadamente cada vez más frecuentes en nuestra sociedad moderna (como el cáncer). Toda esta información ha sido científicamente probada y publicada en el mayor estudio epidemiológico de alimentación que se ha realizado, tras 20 años de investigaciones llevadas a cabo con la colaboración del las universidades de Cornell y Oxford , así como a la Academia China de Medicina Preventiva: “The China Study”. Un estudio científico que relaciona enfermedades y estilos de vida llevado a cabo en la China rural y Taiwan, dónde se recogen más de 8000 estadísticas que relacionan factores de la alimentación con la enfermedad. Sus autores son el Dr. T. Collin Campbell y el Dr. Thomas M. Campbell II.

Respecto a la cantidad de vitaminas y minerales suministrados en la dieta macrobiótica hay que recordar que los cereales integrales tienen muchas vitaminas y minerales que se encuentran en la cáscara. Así mismo las verduras verdes tienen cantidades enormes de calcio, también las semillas y los frutos secos y las verduras frescas. Y como fuente extraordinaria de minerales contamos con un consumo regular de pequeñas cantidades de algas marinas, que son unos tesoros para el cuerpo. ¡Por eso no necesitamos complementos vitamínicos! porque la naturaleza ofrece todo los que el cuerpo necesita si consumimos los alimentos en su forma natural. Por poner un ejemplo 100 gr de algas hiziki contienen 1400 mg de calcio frente a los 130 mg que contiene la misma cantidad de leche de vaca.

El tema de los lácteos merece un capítulo aparte. En mi opinión los lácteos son el gran engaño de nuestra sociedad, ¡el gran mito!. Desde el punto de vista de la naturaleza nos han hecho creer que necesitamos la leche de vaca para la verdadera salud ¿es que somos una especie dependiente biológicamente de la especie vacuna? ¿No nos damos cuenta que somos la única especie animal que “mama” en edad adulta y ¡además de otra especie!?. Los lácteos no son la mejor fuente de calcio pues son muy pobres en magnesio, y sin él sólo se absorbe el 25% del calcio en ellos contenido. El resto supone un problema y el cuerpo lo suele utilizar para hacer calcificaciones en no importa qué lugar: arterias, riñones, articulaciones, etc. La clave de la buena absorción del calcio está en la relación calcio/fósforo. En el cuerpo humano hay doble cantidad de calcio que de fósforo (2:1) y esto favorece la absorción intestinal y la formación de los huesos. En la vaca la relación calcio:fósforo es 2:1,6, lo que hace que el calcio de esta sea muy mal absorbido. Por otra parte, el exceso y el tipo de proteínas que los lácteos suministran son una de las causas más importantes de la osteoporosis. Tampoco hay que dejar de mencionar el exceso de mucosidades que se producen con el consumo diario de lácteos, mucosidades que el cuerpo es incapaz de eliminar y que se acumulan en los intestinos, impidiendo la correcta absorción de nutrientes, en los senos paranasales, impidiendo la función olfativa, y en toda la zona pulmonar. Como curiosidad comentaré aquí que cuando nos resfriamos el cuerpo intenta eliminar el exceso de mocos a través de los estornudos, la tos y otras formas; no es el resfriado el que produce mocos, son los mocos acumulados con una incorrecta alimentación los que son eliminados a través de enfermedades de ajuste como los resfriados o la gripe.

Hace ahora 3 años que no consumo lácteos y los cambios en mi cuerpo han sido espectaculares: mi olfato y mi gusto se han afinado mucho, nunca en estos tres años me he resfriado (antes era “normal” al menos un resfriado al mes), y se me han regulado las menstruaciones (ahora sin dolor, periódicas y sin exceso de flujo). Cuando consumimos productos del sistema reproductor de otra especie en exceso las funciones de nuestro sistema reproductor suelen alterarse.

Bueno… entiendo que estos temas en concreto darían para un trabajo aparte, son muy conflictivos porque hay unas creencias muy arraigadas en nuestra sociedad y también muchos intereses creados ya que la industria de carne y de lácteos en España son una pata importante de nuestra economía. Todos los datos que cito están recogidos en bibliografía científica. Recomiendo a todo el mundo leer el excelente libro “El equilibrio a través de la alimentación” de Olga Cuevas (licenciada en Ciencias Químicas, doctorada en Bioquímica y Catedrática numeraria de Enseñanza Secundaria y Bachillerato, con formación en medicina oriental, y que colabora en diferentes universidades en la docencia de temas relacionados con la nutrición y la salud).


P- Se dice que la dieta macrobiótica tiene muy bajo aporte energético. ¿Qué dice sobre esto?


R- En esta dieta se dan prioridad a los productos vivos y naturales, tal y como los ofrece la naturaleza (los cereales integrales, las verduras frescas, el pescado fresco, las frutas, las algas…). Todos estos productos mantienen su energía vital viva y esta energía nos alimenta y nos nutre dándonos muchísima vitalidad cuando los comemos, en mayor calidad y cantidad que la de los alimentos procesados, precocinados y congelados que mucha gente acostumbra a consumir.

En cuanto a las calorías hay que saber que la dieta macrobiótica es alta en calorías, pues la base de la alimentación se hace en torno a los cereales, y todos los cereales integrales contienen muchos hidratos de carbono, con la particularidad de que son de tipo polisacáridos lo cual significa que su absorción en el organismo es lenta proporcionando así una energía estable, que no produce altibajos en los niveles de glucosa en la sangre, esto significa que tiene un índice glucémico bajo (rapidez con que un carbohidrato sube el nivel de glucosa en la sangre), lo que quiere decir que no se producen picos en las descargas de insulina que favorezcan la transformación de los carbohidratos en grasa. Esto, de una forma más sencilla, corresponde a la sabiduría popular de que los integrales no engordan.

En cuanto al azúcar, eso es otro gran mito de nuestra sociedad, otro engaño que nos han hecho creer. Me refiero al azúcar blanco o moreno, que todo el mundo piensa que es imprescindible para el buen funcionamiento del cerebro y del cuerpo en general. Como estudiante de nutrición ya sabréis que este alimento, más bien un comestible, tiene tantos efectos adversos que desaconsejamos su consumo habitual, aunque esto también daría para desarrollar un tema más a fondo.


P- Se dice que no aconsejáis tomar ensaladas frescas, que todo debe ser cocinado… ¿Qué pasa con las vitaminas?


R- Esto es totalmente falso. La macrobiótica sugiere una gran variedad en la cocina diaria, así un plato que proporcione las energías necesarias a cada órgano y nos deje satisfechos debe tener los cinco sabores básicos e ingredientes preparados con formas de cocción variadas: estofados, cocidos, salteados, marinados, nishimes, escaldados y claro ¡las ensaladas crudas! Que aportan frescura y buena calidad de energía relajante que todos necesitamos.


P- ¿Y qué pasa con los líquidos? ¿Hay alguna limitación en la cantidad de agua que se debe tomar? Esto es otra de las cosas que se encuentran en internet.


R- Esto es otra de la información equivocada que circula por internet. No hay limitación en la cantidad de líquidos a consumir. El cuerpo es el que pide agua activando el mecanismo de la sed. Lo que pasa es que en la comida macrobiótica se consume mucha más agua que en otra pues hay sopas y caldos regularmente, y también los cereales y las verduras se cocinan con abundante agua. Además es habitual tomar bebidas como infusiones o tés sin excitantes que cubren en muchos casos las necesidades de agua del cuerpo y por eso muchas personas que practican la macrobiótica no beben con tanta frecuencia agua directamente.


P- La dieta macrobiótica aconseja comer productos locales, para adaptarnos energéticamente al medio en que vivimos. Pero por otro lado muchos de los ingredientes usados en su cocina provienen de Oriente, como el miso, la salsa de soja, el tofu, y son difíciles de encontrar en las tiendas. ¿No es esto un poco incoherente?


R- ¡Ja, ja! esto es algo que en la comunidad macrobiótica se comenta a veces. Si, es verdad, hay aquí una pequeña incoherencia. Lo cierto es que el 95% de la dieta se compone de productos locales, condimentos, formas y recetas tradicionales de la región, y en una pequeña parte se utilizan productos cuyo origen es oriente. La razón por la que se incluyen estos productos es por su valioso aporte en la alimentación, muchos de ellos tienen propiedades muy especiales y medicinales y no hay en nuestra cultura ninguno que pueda suplir sus fantásticas características. Estamos en un mundo global y vivimos en el siglo XXI, que se caracteriza por el acceso a la información y a todos los productos de los cinco continentes y ¿por qué no aprovecharnos de ellos? En nuestro blog “Aprendiendo Macrobiótica” podéis conocer un poco más estos alimentos y sus características.

La cuestión aquí, y cualquiera podría dar el siguiente salto, es ¿entonces por qué no aprovecharnos también de las bananas ricas en potasio, por ejemplo?. La respuesta a esta pregunta es sencilla desde el punto de vista de la alimentación energética. En la macrobiótica se estudia el efecto energético que tienen los alimentos en nuestro cuerpo y se ha visto que los alimentos que crecen en una región sirven para armonizar el cuerpo de las personas que viven en ese clima y zona con el medio ambiente que les rodea. Por eso no es saludable comer piña en un clima de cuatro estaciones en invierno, porque la piña tiene una fuerte energía de relajación y de enfriamiento que sirve para adaptar a los lugareños de zonas tropicales donde el clima es seco y caliente. Comerla en Sevilla en invierno nos va a predisponer a coger algún que otro resfriado, y comerla durante años podría ser la causa de desequilibrios mayores ¿veis la diferencia? Por otra parte los productos que se usan en la macrobiótica cuyo origen es oriente son en su mayoría condimentos que sirven para dar algún que otro toque de sabor diferente a las comidas y su energía es equilibrada y apta para nuestro clima.

Es cierto que algunos alimentos no podemos encontrarlos en los supermercados al uso (cereales integrales, algas…) pero afortunadamente podemos encontrarlos en cualquier dietética y estás están en todos los barrios. Cada vez más personas se preocupan por la calidad de su alimentación y los supermercados empiezan a cubrir estas nuevas necesidades. Ahora cadenas conocidas como El Corte Inglés o Carrefour tienen a disposición de los clientes algunos de estos productos. Es muy importante tomar conciencia del poder que tenemos individualmente como consumidores para provocar cambios en la oferta disponible en el mercado.

En este tiempo en el que tenemos acceso a alimentos de todas partes del mundo hemos olvidado en qué consiste nuestra alimentación de base, hay mucha confusión respecto al tema de cómo alimentarnos bien y la oferta es tan amplia que requiere de los consumidores mayor formación y compromiso. Por otra parte el mercado se aprovecha de esta falta de información para vendernos más productos con la etiqueta de “sano”, “funciona”, “calcio”, “vitaminas” etc. porque sabe que es un tema que preocupa a la gente, pero no hay que olvidar que su principal motor no es la salud de las personas sino el beneficio económico.


P- ¿Es apropiada la dieta macrobiótica para los niños y las embarazadas?


R- La dieta macrobiótica se ajusta a cada rango de edad y podríamos decir que a cada persona. Se ajusta también al sexo, a la actividad desarrollada (más física o más intelectual), al objetivo que persigue la persona en un momento determinado (por ejemplo más concentración porque a pasar un examen o más creatividad porque va a pintar un cuadro). Lo maravilloso de esta dieta es que te da las herramientas para entender cómo la comida nos influye para poder adaptarla a cada momento del día.

Los niños tienen unas necesidades nutricionales muy distintas a los adultos, necesitan más sabor dulce y más proteínas para crecer, y más galletas, postres y fruta, entre otras cosas. Es muy importante entender que la dieta nunca debe ser rígida, las recomendaciones son indicaciones a seguir en líneas generales. No hay dos personas que practiquen igual la dieta macrobiótica como no hay dos personas que practiquen igual la olvidada dieta mediterránea.

Todas las necesidades nutricionales de embarazadas y niños son cubiertas con esta dieta. De hecho, la mayoría de los niños que la practican son menos propensos a coger enfermedades pues su sistema inmunitario es más fuerte. Por poner un ejemplo os cuento que conozco personalmente a los 4 hijos del director del Instituto Macrobiótico de Portugal, que ha sido el consultor que me ha orientado en la recuperación de mi enfermedad y a la edad de 25 años, que tiene su hija mayor, ninguno de ellos necesitó tomar antibióticos y nunca padecieron enfermedades destacables ni necesitaron visitar a un médico. ¡Es realmente sorprendente! ¿No crees?


P- Dicen que la dieta rigurosa puede provocar reacciones peligrosas y hacer que se concentren en la sangre los elementos tóxicos depositados en las células o aún provocar después un desequilibrio alimentario incontrolable. ¿Es cierto? ¿Existen riesgos al practicar esta dieta?


R- Lo primero que yo quisiera saber es a qué te refieres con la dieta rigurosa. La dieta macrobiótica es amplia y variada por definición por lo que no casa con el concepto riguroso de ninguna manera. Puedo interpretar que tu pregunta se refiera a una persona que siempre practica la dieta macrobiótica sin “salirse” de ella, en ese caso no sólo no se producirán desequilibrios sino que el cuerpo encontrará una armonía y una salud mayor, mayor bienestar y lucidez, y por supuesto calidad de vida.

Por otro lado la macrobiótica puede aplicarse a personas que tengan problemas de salud, con matices personalizados, para ayudar en su recuperación. En estos casos la persona deberá hacer un periodo de dieta de limpieza, o curativa, que permitirá al cuerpo eliminar tóxicos acumulados y realizar sus propios ajustes para encontrar de nuevo el equilibrio. Cuando las personas hacen la dieta curativa normalmente adelgazan y su sangre va limpiándose, de manera que el alimento que llega a sus células es cada vez de mayor calidad. Podemos decir que no hay ninguna enfermedad que no mejore cuando cuidamos bien nuestro cuerpo con una buena alimentación, de esto la macrobiótica puede ofrecer millones de ejemplos.


P- Se habla mucho de la clasificación de la macrobiótica como un conjunto de dietas que van desde la -3 a la +7, según George Osawa. ¿Podrías explicar brevemente en qué consisten?


R- Estoy cansada de oír esto de las 10 dietas, que no es más que una idea sacada fuera de contexto, del libro “Macrobiótica Zen” de George Osawa. George Osawa ha sido uno de los padres de la macrobiótica, pero sus ideas sobre la alimentación están adaptadas al estilo de vida y la filosofía puramente oriental. La macrobiótica que se practica en Occidente derivó de esta macrobiótica zen para convertirse en una cocina más europea, más mediterránea, más sabrosa y sofisticada, propia del siglo XX y XXI. Por eso me gusta resaltar la diferencia entre macrobiótica zen y macrobiótica moderna.

En el libro antes citado Osawa, para explicar que la macrobiótica ofrece una serie de directrices sobre alimentación abiertas y adaptables a muchos tipos de personas y circunstancias (léase clima, actividad física, sexo, periodo de crecimiento…), propone un ejemplo didáctico diciendo que la macrobiótica podría dividirse en 10 tipos de dietas en las cuales varían las proporciones de los distintos alimentos (la -3 es la más carnívora con un 20% de producto animal del total de los alimentos consumidos y la +10 es totalmente vegetariana y sencilla pasando por ellas el resto de dietas con distintos matices). No podemos sacar este ejemplo y decir que la macrobiótica son 10 dietas, porque es una idea equivocada. La macrobiótica enseña a comer bien, para tener salud y sacar el mayor partido de nuestro potencial como personas en el plano físico, mental y espiritual. Pero igual que no hay dos personas iguales no hay dos personas que deban comer exactamente igual, cada uno debe encontrar su propio equilibrio. Hay un paso entre la teoría en los libros y la práctica de cada persona.


P- Se dice que la dieta macrobiótica puede ser muy limitante en el ámbito social y personal. ¿Qué opinión tienes de esto?


R- La nuestra sociedad moderna dónde la productividad y el beneficio económico dirigen la vida, ha ocasionado que la cocina moderna sea rápida, barata (también en calidad) y ¡vuelta y vuelta listo en 1min! Cada vez hay más productos en el mercado más industrializados, más precocinados, más congelados que buscan que el consumidor “pierda” menos tiempo en la cocina y ocasione mayores beneficios. Para esto es fundamental la información confusa sobre alimentación y la idea cada vez más arraigada entre las personas de que cocinar es algo que no tiene valor porque la salud no está relacionada con la cocina.

En contraposición la macrobiótica realza el valor y el efecto en nuestra salud de los alimentos naturales, cultivados de forma ecológica (sin transgénicos, sin productos químicos y respetando su ciclo natural), así como los estilos de cocción tradicionales (a fuego lento, con platos caseros, con mimo en los cortes y con “amor”). La cocina macrobiótica requiere más dedicación: desde la elección de los ingredientes que a veces no se encuentran en todas las tiendas hasta la elaboración de los platos. Esto supone ir un poco “contra corriente” en los hábitos que tiene la mayoría de la población. Pero afortunadamente hay cada vez más personas que despiertan y eligen una alimentación responsable, a pesar de ese esfuerzo.

Por otro lado la macrobiótica te da las herramientas para entender el efecto de las comidas en nuestro cuerpo y nuestras emociones. Este conocimiento te hace una persona más libre para tomar decisiones con todas sus consecuencias. Las personas que entienden bien y practican la filosofía macrobiótica son personas capaces de adaptarse a cualquier situación y “alimentarse” bien, a través de la comida y por supuesto ¡de los amigos y de la vida! Una persona que deja de relacionarse con otras porque no practican la macrobiótica no ha entendido nada de esto.


P- Se habla mucho de la macrobiótica como dieta para la recuperación de la salud. ¿Es la macrobiótica un tratamiento para recuperar la salud o es una dieta que puede practicar cualquier persona en cualquier momento?


R- La macrobiótica es una dieta que puede practicar cualquier persona en cualquier momento de su vida: desde bebés hasta ancianos. Lo que sucede es que se ha estudiado que la dieta macrobiótica puede mejorar el estado de salud, o recuperarla completamente, a personas que han perdido su equilibrio natural. En estos casos un consultor macrobiótico con formación y experiencia realizará el diagnóstico del paciente para ver en qué órganos del cuerpo se han producido los desajustes energéticos y propondrá una dieta que los solucione. Cuando el cuerpo tiene las mejores condiciones de alimentación puede poner en marcha sus recursos extraordinarios para la recuperación y el mantenimiento de la vida. Quiero recalcar también que los tratamientos enfocados a recuperar la salud con la macrobiótica no sustituyen en algún modo a los tratamientos médicos. Son un apoyo a estos, por eso recomendamos que la persona sea supervisada también por su médico especialista.

Es increíble pero en todas las dolencias se produce una mejoría cuando la persona practica la macrobiótica. Ya lo decía Hipócrates “Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”.


P- Me gustaría que nos comentaras qué beneficios podemos obtener practicando la dieta macrobiótica y cuáles han sido en tu caso concreto.


R- Desde luego que hay muchos factores que determinan el bienestar físico y emocional de una persona y entre los más importantes se encuentran la alimentación, la calidad del aire que respiramos y del agua que bebemos, la calidad de nuestras relaciones personales, el nivel de estrés y por supuesto nuestras emociones. Pero hay una cosa clara, aunque algunos de ellos no podemos manejarlos pues nos vienen de alguna manera impuestos, la alimentación es un pilar básico de nuestra salud que está por entero bajo nuestra responsabilidad.

Con lo que comemos se fabrica nuestra sangre, que es la encargada de nutrir a todas las células de nuestro cuerpo. Las células constituyen todo nuestro ser, nuestros órganos, nuestros tejidos, nuestros huesos, nuestro sistema nervioso y todo lo que somos. Así que la calidad de nuestra sangre determina nuestro físico de arriba a abajo. Y la buena noticia es que tanto la sangre como todas y cada una de las células de nuestro cuerpo tienen la capacidad de regenerarse periódicamente. Pongamos unos ejemplos: en sólo 10 días se renueva nuestra linfa, en 4 meses se renueva toda nuestra sangre y en 7 años se renuevan todas las células de nuestro cuerpo disfrutando así de ¡¡un cuerpo totalmente nuevo!!

Cuando una persona cambia su estilo de alimentación a la macrobiótica las consecuencias se dejan notar de manera bastante rápida. Muchas personas experimentan una mejoría notable en sólo 10 días, y en el caso de enfermedades serias, muchas de ellas dan un giro total en 4-8 meses (que es el equivalente de 1-2 renovaciones de la sangre). En todos los casos, absolutamente todos, la persona experimenta una mejoría en su calidad de vida: aumenta la vitalidad, se equilibran las emociones, aumenta la visión positiva de las cosas, se equilibra el peso y mejora el aspecto físico. Y en el plano más sutil, las personas se vuelven más confiadas, más tranquilas y relajadas, más seguras de sí mismas, ven que aumenta su autocontrol y su fuerza de voluntad y se afinan los sentidos física y metafóricamente hablando, esto es, vemos con más claridad las cosas importantes de la vida y empezamos a desarrollar nuestro potencial para vivir el presente y ser más felices. ¿No merece la pena intentarlo con un premio tan estupendo? y es que es mucho lo que podemos obtener "sólo" cambiando algunos de nuestros hábitos...

Personalmente, cambié a un estilo de alimentación macrobiótica porque estaba buscando algo que me ayudase a mejorar un problema de salud bastante serio y que no tenía una buena perspectiva de futuro bajo el enfoque de la medicina tradicional En mi camino, que ha tenido bastantes obstáculos y muchísimas más recompensas, he conocido gente que se ha recuperado de enfermedades complicadas, así como gente con buena salud que ha visto mejorar su vida considerablemente. Lo que pretendo transmitir es que al adoptar un estilo de alimentación natural siempre vamos a ganar. Lo que comemos tiene una influencia inmediata y directa con nuestra salud y con nuestras emociones.

En mi caso concreto he experimentado cambios increíbles. El más espectacular es que mi salud está poco a poco recuperándose, mis síntomas actuales son mínimos en comparación con las limitaciones físicas que padecí y ahora disfruto de una vitalidad y una calidad de vida insospechadas en el pasado (¡MUCHAS GRACIAS!). También he experimentado otros cambios más pequeños pero no por ello menos sorprendentes, al menos para mí. Por ejemplo se han regulado todas mis menstruaciones que ahora son ¡sin molestias!!(durante 20 años las tuve de ciclos de 20-21 días con una duración de 7 días y horribles dolores), además ya no padezco los regulares dolores de cabeza, con una periodicidad en el pasado de al menos 2 al mes, tampoco me he resfriado ni cogido infecciones ni una sola vez tras el cambio de alimentación. Y mi piel, mi piel ¡está rejuveneciendo!, desapareciendo antiguas manchas y lunares, se ha vuelto más suave y con menos vello. Adelgacé y ahora siento que mi cuerpo se ha vuelto más proporcionado y ligero. Pero no creo que eso sea lo mejor de todo. Lo mejor es cómo me siento: más en paz conmigo misma, más confiada con la vida, con más fuerza para enfrentar mis sueños, con más coraje y fuerza de voluntad, y más consciente, MÁS FELIZ. Por todo esto me dije que no podía guardarme este tesoro sólo para mí, mi conciencia me decía que tenía que compartirlo con otras personas.


P- ¿Qué es “La Crisálida, Instituto Macrobiótico”?


R- En mi camino de búsqueda hacia la salud no he estado sola. Hay muchas personas que de forma directa o indirecta me han apoyado y me han dado fuerzas para mejorar. A la más importante de todas le debo la vida dos veces, y digo dos porque es mi madre y ella ha sido quién buscó un camino que me ayudase a sanar, ella ha sido mi motor, mi intuición, mis ojos y mis músculos cuando me han fallado. Ella cuidó de mi cuando estuve tan débil, cocinó para mí la comida que con amor me fue devolviendo la fuerza y el equilibrio y qué más puedo decir: mi enfermedad me ha mostrado la cara del amor sin condiciones, estoy muy agradecida. Ella hizo conmigo la fase curativa, adelgazó conmigo y juntas hemos descubierto todo este mundo. Hemos realizado los estudios de macrobiótica en las escuelas de Madrid y Lisboa, junto a estupendos y experimentados profesionales y hemos aprendido tanto, tanto…

Estamos tan agradecidas a esta segunda oportunidad que nos ha ofrecido la vida que pensamos que teníamos que compartir este valioso conocimiento con otras personas. Por eso hemos creado “La Crisálida, Instituto Macrobiótico” como una asociación con sede en Mairena del Aljarafe (Ciudad Expo), con la finalidad de enseñar la cocina energética que es la macrobiótica y ofrecer al público un servicio de consultas personalizadas para todas aquellas personas que quieran mejorar su salud a través de la alimentación.

También hemos creado un espacio en internet, totalmente gratuito, dónde explicamos cuestiones relacionadas con la alimentación y la salud, con muchas secciones como bibliografía, enlaces de interés, dónde comprar o comer entre otras, y recetas para toda la familia. Es increíble pues nunca pensamos que nuestra información tuviese tanto alcance. Nos visitan de muchos países del mundo y en el último mes tuvimos ¡900 visitas! Así es la magia de internet.


P- ¿Querrías decirnos algunas palabras para terminar?


R- A ti Eloísa, gracias por tu tiempo y dedicación, y por interesarte en descubrir la macrobiótica. También mencionar mi agradecimiento a todos mis profesores (Francisco y Eugenia Varatojo, Rosa Casal y María de Escuela de vida especialmente). A los demás os animo a experimentar por vosotros mismos al margen de toda la información, tan confusa y equivocada que podemos encontrar en la web. Estaremos encantados de recibir vuestras visitas en el blog o en nuestros cursos de cocina en La Crisálida. ¡Os esperamos!


martes, 3 de febrero de 2009

Conferencias gratuitas

1. "Alimentos que curan".

Lugar: Asociación cultural Vía Libre.
c/Nuestra Sra. de los Ángeles nº7.
Barrio de Triana. Sevilla.
Fecha y hora: viernes 23 de octubre de 2009, 21h.
Ponente: Mati Navas Fernández.


2. "Adelgazar de forma natural".


Lugar: "La Crisálida, Instituto Macrobiótico". c/La Pinta nº56, portal 2, planta 1ª piso 104. Ciudad Expo, Mairena del Aljarafe, Sevilla. (junto al metro).
Fecha y hora: día 15 de mayo a las 20h.



3. "Alimentación y salud infantil"
Lugar: "La Crisálida, Instituto Macrobiótico". c/La Pinta nº56, portal 2, planta 1ª piso 104. Ciudad Expo, Mairena del Aljarafe, Sevilla.
Fecha y hora: día 17 de abril a las 20h.
Ponente: Mati Navas Fernández.

4. "Alimentos que curan"


Lugar: Asociación FibroAljarafe. c/Logroño 13. San Juan de Aznalfarache.
Fecha y hora: día 25 de febrero a las 18h.
Ponente: Mati Navas Fernández.


5. "Alimentos que curan"

Lugar: Centro Cívico "El Tejar del Mellizo". C/Santa Fe, Sevilla.
(Parque de los Príncipes)
Fecha y hora: día 27 de febrero a las 20h.
Ponente: Mati Navas Fernández.

6. "Alimentos que curan"

Lugar: Centro Cívico "Las Columnas". C/Pureza, 79. Sevilla.
Fecha y hora: día 13 de febrero a las 20h.
Ponente: Mati Navas Fernández.