lunes, 25 de octubre de 2010

Sobre la sal, un caso real.

En los últimos 50 años, el uso de la sal en la alimentación ha sido cada vez más desaconsejado y probablemente muchas personas consideran la sal peligrosa para la salud.

Sin embargo, su uso adecuado así como la utilización de una sal de buena calidad puede desempeñar un importante papel para el desarrollo de una buena salud.

De acuerdo con las teorías nutricionales chinas y ayurvédicas la sal facilita las siguientes funciones:
  • Nos ayuda a estar más centrados debido a su energía fuertemente yang (contractiva y enraizadora).
  • Transforma a los alimentos en más nutritivos y da energía y vitalidad.
  • Ayuda a la digestión, contribuyendo a la segregación de ácido clorhídrico en el estómago.
  • Estimula la función renal y en su uso adecuado facilita la absorción de calcio y de nutrientes en general.
  • La sal es considerada un purificador y como tal ayuda al organismo a eliminar toxinas.
Desde el punto de vista de la ciencia occidental se sabe que la sal desempeña un papel importante en determinadas funciones fisiológicas, por ejemplo:
  • Ayuda a la producción de bilis, que facilita la absorción de grasas en los intestinos.
  • Aumenta los movimientos peristálticos del intestino, contribuyendo a una buena digestión.
  • Alcaliniza la sangre, un aspecto importante en el mantenimiento de la salud y la prevención de enfermedades, ya que la mayoría de los alimentos modernos tiende a acidificarla.
  • El sodio ayuda a la conducción de los impulsos nerviosos y también a la contracción muscular.
A pesar de todos estos beneficios, un exceso en su consumo o una mala calidad de la sal pueden producir los siguientes trastornos:
  • Los chinos consideran que si ingerimos demasiada sal nos podemos convertir en personas excesivamente materialistas, debido a su efecto focalizante.
  • Una pequeña cantidad promueve la función renal, pero un exceso afecta a los riñones, interfiere en el metabolismo de la absorción de calcio y de nutrientes en general.
  • Adelgazamiento excesivo y un aspecto flaco, débil; por otro lado si la persona tiende a retener líquidos también puede provocar un aspecto hinchado.
  • Como la sal tiene tendencia para atraer líquidos, puede producir un aumento de la presión arterial y provocar hipertensión, en particular cuando se consumen demasiados productos animales en la alimentación.
Por todo lo dicho parece importante determinar qué cantidad de sal es adecuado utilizar en la alimentación diaria. En realidad la mayoría de las personas utiliza demasiada sal, particularmente en la forma de "sal escondida" tan común en los alimentos modernos como patatas fritas, pan blanco refinado y particularmente en la comida rápida (fast food).

Muchas recomendaciones nutricionales modernas, recomiendan una cantidad de 3000 mg. por día, en tanto que un adulto moderno puede fácilmente ingerir unos 17 mg. por día, cantidad claramente excesiva.

Use la sal con moderación, considere que cada individuo tiene necesidades y capacidades diferentes para lidiar con ella, y sobre todo, absténgase de usar el salero en la mesa, una forma particularmente nociva de usar este ingrediente.

La principal razón por la cual la sal tiene tan mala reputación es probablemente porque su uso es en la forma de sal refinada, un subproducto de la auténtica sal marina, que consiste casi exclusivamente en cloruro de sodio. La sal refinada (que es la que la gran mayoría consume) consiste en un 99.5% o más de cloruro de sodio, al que se añade dextrosa (un tipo de azúcar) y productos químicos para estabilizarla, evitar que se apelmace y blanquearla. Además el proceso de refinamiento tiene lugar a altas temperaturas, lo que puede alterar la estructura química de la sal.

Recomendamos por tanto utilizar sal marina integral (secada al sol), que tiene más del 4% de otros minerales y oligoelementos muy importantes para el buen funcionamiento del organismo.

Curiosidades:
  • La sal desempeñó un aspecto crucial en la historia de la humanidad. La propia palabra "salario" significa "pagar en sal", pues los soldados romanos eran pagados con este preciado producto.
  • La sal fue un bien tan preciado que en el siglo sexto algunos mercaderes del desierto negociaban con sal al mismo precio que con oro.
(Artículo de Francisco Varatojo, director del Instituto Macrobiótico de Portugal. Traducción por Raquel Pozo. Visita el Instituto Macrobiótico de Portugal.)


Un caso real:

Cuando comencé a practicar la macrobiótica cometí muchos errores y uno de ellos fue el abuso de la sal, en el uso excesivo de condimentos como el gomasio, el gomawakame o la salsa de soja. (En un día podía consumir 3-4 cucharaditas de gomasio, así como salsa de soja directamente sobre la comida a menudo). Además tomaba pocos alimentos con energía yin (expansiva, relajante) y muchísima cantidad de cereal. Tras varias semanas con esta práctica errónea y desequilibrada adelgacé más de 3kg en un mes, y además tuve otros trastornos como estreñimiento e insomnio. Había demasiada energía yang en la dieta (muy contractiva). Cuando comprendí mejor el funcionamiento de la energía en la alimentación e hice algunos ajustes todos estos síntomas se normalizaron.

El exceso de sal crea deseos de comer dulces y grasas, que compensen la fuerte energía de este ingrediente, además de aumentar rápidamente el apetito. Este conocimiento es muy útil si se quieren perder unos kilos, pues lo primero que deberíamos hacer es reducir la cantidad de sal. Asímismo lo utilizan en los bares y restaurantes dónde la comida está sobre-salada para conseguir que el cliente consuma más. /Raquel.

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